Hay personas que tiene aspecto de salir de misa de 12 pero debajo de sus ropas llevan lencería fina o hay señores y señoras de muy buen ver pero que llevan una ropa interior de mercadillo de hace 20 años. ¿Qué sorpresa te has encontrado al quitar los pantalones o faldas?
Luis nos comenta que cuando vivía en Madrid, conoció a una mujer en una discoteca y se fue con ella. Empezó a buscar las bragas por todos lados y nos las encontraba, arañó a la mujer y finalmente descubrió que llevaba un tanga, algo que él no había visto nunca en su pueblo.
Pilar nos cuenta que lo peor que le ha pasado con la ropa interior fue cuando le daba el pecho a su hija. Un día de playa llegaron unos amigos y se quitó la camiseta, estuvo hablando con ellos un buen rato y cuando se dio cuenta 'llevaba un sujetador de lactancia con el tirante bajado'.
David nos cuenta que es enemigo de los tangas porque tenía una novia a la que le encantaba ponerse tanga. Un día se le ocurrió colgar el tanga a modo de adorno o rosario en el coche, olvidándose por completo de la prenda. Al día siguiente vio que lo llevaba como un trofeo.
Pura nos dice que cuando sus hijos eran pequeños iba a la piscina todos los días del verano. Un día se le olvidaron las bragas en casa y fue a comprarse unas de papel para ponérselas cuando se fuera a casa. Cuando iban por la calle, las bragas comenzaron a deshacerse y al llegar a casa solo quedaba el cordón en la cintura.
Carlos nos habla de su ropa interior favorita 'de algodón y cuanto más usada mejor, incluso rota' y de la lucha que tiene con su mujer porque ella le quiere tirar los calzoncillos que más le gustan.
