En este Levante almeriense el buen clima es un regalo todo el año, así que ya nos estamos dando los primeros baños marinos de la temporada. Pasear por las callejuelas del casco histórico de Mojácar, cortejados por paredes encaladas cubiertas de buganvillas, es un placer para el viajero, como lo son sus doradas puestas de sol tras las montañas.
Es Mojácar uno de los miradores más espectaculares de la costa mediterránea, dominando el litoral de Almería. Un auténtico homenaje para la vista ese paisaje, tanto como los hipnóticos movimientos de la bailaora del recogido tablao de la calle Puntica, donde los artistas y el público casi se tocan en esa comunión flamenca que es Patrimonio de la Humanidad.
Arqueólogo por un día en Mojácar la Vieja
Por Mojácar pasaron todas las civilizaciones del Mediterráneo. La localidad reivindica su pasado cada junio en una de sus fiestas más populares y de mayor tradición: la de Moros y Cristianos. Al tiempo, busca las raíces de su etapa musulmana en el cerro vecino, antiguo emplazamiento de la localidad, Mojácar la Vieja. Cinco campañas de excavaciones arqueológicas han ido sacando a la luz restos de un pasado musulmán en el que almorávides primero, almohades después y finalmente nazaríes dejaron su impronta hasta el siglo XIV. El yacimiento está abierto al público, ligado a la población… se puede ser arqueólogo por un día o el tiempo que uno quiera.
La patria chica de Disney
Mojácar guarda otro lugar emblemático: la pensión El Torreón, frente al arco de entrada a la ciudad. Aquí se sucedieron unos hechos legendarios que parecen sacados de una novela. Los mojaqueros explican que una joven lavandera quedó embarazada y dio a luz a un bastardo con el que huyó a los Estados Unidos para buscar una nueva vida y alejarse de la deshonra del adulterio. Como la muchacha no tenía posibles, esta historia popular sostiene que dio en adopción al pequeño a una familia de granjeros y se volvió a España. Así, José Guirao Zamora, nacido en Mojácar, fue bautizado como Walt. Con el tiempo, el pequeño demostraría su habilidad como dibujante pintando caballos y más tarde dibujando al ratón más famoso de la historia: Mickey Mouse, que ahora nos saluda a la entrada de Mojácar para rendir tributo a esta leyenda de magnético embrujo.