Cada año, especialmente con la llegada de la primavera, tanto los medios de comunicación como los profesionales de la salud avisan del riesgo que corren las personas que tienen alergia al polen o a otros factores propios de los cambios estacionales.
Según haya sido el invierno más o menos húmedo, se pronostica una mayor carga polínica y más cantidad de síntomas respiratorios para estos pacientes. No obstante, las alergias respiratorias pueden darse a lo largo de las diferentes estaciones y meses del año, incluso durante el invierno.
Con la llegada del invierno y de su característico clima frío, muchas personas sufren una serie de problemas que, a pesar de no ser graves, pueden llegar a ser muy molestos: resfriados que parece que no terminan nunca, problemas de hidratación en la piel, dolor en las articulaciones, ataques de asma… o alergia al frío.
Aunque se trata de una alergia poco común, es posible. De hecho, de acuerdo con la Organización de Trastornos Raros de Estados Unidos, la ‘alergia al frío’ o urticaria por frío afecta a entre un 1 y un 3% de la población.
Según informa la Clínica Mayo, la alergia al frío, también conocida como urticaria "a frigore", es una afección dermatológica que afecta a determinadas personas cuando se exponen a temperaturas muy bajas o a cambios bruscos de termostato.
La mayoría de las veces se manifiesta mediante la aparición de ronchas en la piel que provocan sensación de quemazón y picores. No obstante, existen casos más severos en los que también puede provocar hinchazón de labios y garganta al ingerir productos fríos e incluso problemas respiratorios.
Tal y como informa Gustavo Perdomo Gutiérrez, responsable de la Clínica de Alergología PB en Barcelona, afecta principalmente a niños, adolescentes y adultos jóvenes menores de 30 años.
El profesional cuenta que, a pesar de que se desconocen las causas de su aparición, se ha comprobado que la mayoría de las veces desaparece con el tiempo. No obstante, en otros casos la alergia al frío no remite y se torna crónica.
Situaciones en las que puede aparecer alergia al frío
La causa principal de la alergia al frío o urticaria "a frigore" son las bajas temperaturas, especialmente por debajo de los 4º C. Sin embargo, no es la única.
De acuerdo con Gustavo Perdomo Gutiérrez, el contacto de la piel con objetos fríos, los cambios bruscos de temperatura generados por el aire acondicionado o al salir de una ducha caliente, las inmersiones en agua fría o el consumo de productos refrigerados o congelados (refrescos, helados, alimentos de la nevera…) también pueden producir este tipo de reacción.
Sin embargo, se puede dar la situación en la que no aparezcan síntomas cada vez que se toca algo frío. Algunas personas solo tienen urticaria cuando nadan en agua fría o cuando el viento fresco roza su piel.
Por el contrario, otros pacientes son muy sensibles y pueden desarrollar alergia al frío cuando pasan por la zona de congelados de un supermercado o entran en un edificio con aire acondicionado.
¿Cómo saber si tienes alergia al frío?
Por este motivo, además de examinar tu piel cuando entre en contacto con el frío, el especialista te someterá a una prueba clave para averiguar rápidamente si tienes urticaria: la prueba de desafío del cubito de hielo.
Consiste en la aplicación de frío, a través de un cubito de hielo o un tubo de ensayo con agua congelada, sobre la cara anterior del antebrazo durante cinco minutos. Una vez hayan transcurrido 10-15 minutos aproximadamente, si el paciente es alérgico, experimentará picor y un habón con la forma del cubito de hielo.
Se trata de una prueba de provocación por frío mediante la aplicación de un estímulo frío. Aunque se suele realizar a través de un cubito de hielo, algunos profesionales utilizan también otros elementos como compresas frías o baños de agua fría.
De la misma manera, se puede llevar a cabo mediante la permanencia del paciente durante unos minutos en una habitación a bajas temperaturas, o sumergiendo el antebrazo en agua a una temperatura de entre 5º y -10º.
Las manifestaciones cutáneas de la alergia al frío, así como la aparición de eritema y de habones acompañados de picor, suelen dar la cara a los pocos minutos de realizar el test del cubito de hielo o a los 10-30 minutos de haber expuesto la zona afectada al frío.
Lo habitual es que las lesiones, como prurito, eritema, habones y/o angioedema, sean leves y aparezcan rápidamente, minutos después del contacto. No obstante, hay situaciones excepcionales en las que estas manifestaciones clínicas pueden tardar horas en irse e, incluso, pueden no llegar nunca a dar la cara.
¿Cómo actuar en caso de que no haya reacción?
En algunas situaciones, se puede dar el caso de que pacientes que tienen urticaria por frío no presenten habones ni ronchas en la piel después de retirar el frío y de que su piel recupere su temperatura habitual.
No obstante, incluso en el caso en que no aparezca reacción, puedes sufrir alergia al frío. Estos son algunos síntomas alternativos que puedes experimentar cuando te expones al frío:
- Sensación de quemarse
- Sensación de mareo o desmayo
- Labios hinchados o hinchazón en la garganta
- Fatiga
- Dolor de cabeza
- Dificultad para respirar
- Presión arterial baja
- Aceleración del corazón
- Hinchazón de las extremidades o el torso
Por lo tanto, no siempre los síntomas de la urticaria " a frigore" son leves, pudiendo aparecer fiebre, malestar general y dolores localizados en la cabeza, el abdomen o las articulaciones. Además, también pueden llegar a ser muy graves si afectan al tracto orofaríngeo, es decir, a la boca, la glotis y/o la tráquea.
No obstante, si la exposición al frío es prolongada, cabe la posibilidad de que el paciente sufra un cuadro de anafilaxia. Como consecuencia, se podría producir un ahogamiento al interrumpirse el paso del aire. También podría provocar un edema de glotis o angioedema orofaríngeo al tomar bebidas frías, cubitos de hielo o helados.
Por este motivo, es fundamental que, aquellos que padecen este tipo de alergia, cuenten con un diagnóstico claro y tomen mucha precaución, especialmente durante los fríos meses de otoño, invierno e, incluso, primavera.
De hecho, los pacientes en riesgo pueden necesitar llevar consigo una epinefrina inyectable.
¿Cómo tratar y evitar la alergia al frío?
Una vez confirmado el diagnóstico, la alergia al frío se puede tratar de la siguiente manera:
- Evitar en lo posible la exposición al frío: minimizar este impacto sobre la piel protegiéndola con guantes, abrigos, bufandas y gorros, y no tomar helados ni bebidas refrigeradas.
- No es recomendable sumergirse en aguas frías a lo largo del año y, de hacerlo, ir siempre acompañado para poder ser auxiliado en caso de que se produzca una reacción alérgica generalizada.
- Tomar antihistamínicos por vía oral para reducir los síntomas molestos o persistentes.
- En los casos en que se den reacciones incapacitantes o que se desarrollen con mínimos cambios de temperatura y que no respondan a los antihistamínicos, es recomendable la administración de nuevos fármacos como el Omalizumab.
La recomendación más efectiva para evitar la urticaria "a frigore" es cubrirse totalmente y con buenas prendas de abrigo las zonas que van a estar expuestas al aire gélido, especialmente manos y cara. No obstante, los expertos suelen dar otras recomendaciones sobre esta frecuente urticaria que afecta a jóvenes, adolescentes y niños:
- Siempre que el pediatra alergólogo así lo recomiende, los síntomas se pueden prevenir con un tratamiento basado en antihistamínicos recibidos antes de la exposición al frío.
- En los casos moderados se puede recurrir a otros fármacos como los leucotrienos y corticoides sistémicos, indican desde la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP.)
- Si la exposición al frío es prolongada, pueden darse reacciones severas como dolor abdominal, dificultad a la deglución, dificultad respiratoria, mareo y pérdida de conocimiento. Por ello, es recomendable llevar siempre también corticoides para el caso de que se produzcan reacciones graves.