En una entrevista de 'Financial Times' recogida por Europa Press, ha dicho: "Ya tenemos más de 6.000 urnas. No veo de qué modo el Estado puede frenarlo". La Generalitat inició en mayo el proceso para comprar 8.000 urnas --2.000 más que las anunciadas ahora-- y la Fiscalía se querelló contra la entonces consellera de Presidencia, Meritxell Borràs, y su secretario general, Francesc Esteve.
El Govern llegó a homologar a dos empresas como posibles fabricantes de urnas, pero a finales de junio declaró el concurso público desierto alegando que ninguna de las dos cumplía todos los requisitos exigidos. Entonces inició un proceso de compra "directa" de las urnas, aunque no detalló cómo: Puigdemont tampoco lo concreta en la entrevista.
Avisa de que el 1-O se hará aunque le inhabiliten o condenen a prisión: "No quiero ir a la cárcel, pero no hay nada que me puedan hacer a mi que pueda frenar este referéndum".
"Volver a la normalidad es derrotar a los terroristas", ha dicho en alusión a la defensa del 1-O que seguirá haciendo pese a los atentados de Barcelona y Cambrils (Tarragona) de la semana pasada.
Precisamente sobre los atentados, ha dicho que el Gobierno central "ha jugado a la política" con la seguridad de los catalanes, y ha explicado que el Ejecutivo de Mariano Rajoy no ha permitido que la Generalitat convoque 500 plazas de Mossos d'Esquadra ni tenga acceso a la Europol.
Sobre la cooperación entre los cuerpos y fuerzas de seguridad, ha dicho que ha funcionado bien tras los atentados, pero ha defendido que será todavía mejor si Catalunya se independizara.