El confinamiento nos ha obligado a cambiar la cita: la entrevista ha pasado de ser una charla amistosa con café, a una conversación de teléfono, entrecortada a veces, pero con las mismas ganas de contagiarnos de la alegría que desprende Lourdes y todo lo que hacen en Juegaterapia.
Los ánimos en la fundación pese al aislamiento obligado están bastante animados. El equipo se conecta todos los días para pensar alternativas para llegar a los niños porque no pueden ir a los hospitales, pero "inventando, reinventando e intentando estar en contacto con ellos para que no se aburran, porque la situación es muy distinta para todos".
Están en contacto a través de plataformas digitales, no sólo con los más pequeños, también con sus padres, que no tienen a los voluntarios a su lado. Y pese a todo, son los que mejor se encuentran "porque para nosotros es normal el aislamiento", asegura Lourdes. "Para ellos no poder salir al parque o ir a un cine, es su vida normal durante meses e incluso años". Son un ejemplo para la sociedad.
Sobre la campaña que pusieron en marcha en febrero, 'La alegría también cura', Lourdes cuenta que es un contagio, y que ese estado de ánimo anima a los chicos a disfrutar, pese al aislamiento, y a curarse, les aumentan las defensas, colaboran de una forma más activa con los tratamientos.
"Somos nosotros los que agradecemos a los niños todo lo que nos aportan", dice, al alma, al corazón, añado, y al día a día en su batalla contra el cáncer. Lourdes tiene clara cuál es la imagen de la felicidad: cuando uno de ellos se cura y le quitan el 'port-a-cath', "en ese momento, nos volvemos todos locos de alegría".
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