Pamplona tiene ya casi todo preparado para lucir radiante en el día en que millones de personas la identifican como la capital de la fiesta, cuando al mediodía se lance el chupinazo de los Sanfermines que abrirá la espita a nueve días de juerga ininterrumpida.
La capital navarra estará en el punto de mira, por lo que el Ayuntamiento ha decidido tomar medidas ante las probables conductas incívicas que muchas de las personas que disfrutan de la fiesta podrían cometer.
Por ello, el consistorio ha anunciado que impregnará las paredes del casco histórico con un líquido repelente que hará que la orina rebote salpicando y manchando a aquel que miccione en la vía pública.