Pablo Iglesias e Irene Montero han dado un paso que contrasta con los duros reproches que en el pasado dirigieron a los centros privados. El político ha decidido matricular a los tres hijos que tiene junto a Irene Montero en un colegio situado en una exclusiva urbanización de Las Rozas (Madrid).
En sus intervenciones públicas, Iglesias se mostró en numerosas ocasiones muy crítico con los padres que optaban por la educación privada. “Porque papá y mamá que quieren llevar al niño al colegio privado súper especial es porque no quieren que haya niños gitanos, no quieren que haya hijos de inmigrantes marroquíes, o de ecuatorianos, ni de gente de clase obrera en general, porque no quieren que se mezclen con niños de clase obrera”, afirmaba.
También subrayaba que “lo que algunos quieren es una educación para ricos que se lo pueden permitir, donde el porcentaje de niños rubitos a los que sus padres van a poder mandar a aprender inglés a Irlanda es un 100%”.
Un centro exclusivo en Las Rozas
Ahora, Iglesias y Montero han optado por un colegio privado con más de 40 años de historia, que escolariza desde Infantil hasta Bachillerato. Se trata de un centro “laico e independiente”, que según su propia página web apuesta por una metodología “activa y adaptada a las características individuales de cada alumno en un ambiente próximo y de respeto mutuo”.
La decisión implica un desembolso significativo: la cuota mensual ronda los 500 euros por estudiante, lo que supone cerca de 1.500 euros al mes en el caso de los tres hijos del exlíder de Podemos.
El movimiento ha despertado reacciones en redes sociales y en el ámbito político, donde muchos han señalado la contradicción entre el discurso mantenido durante años por Iglesias y la elección actual para la educación de sus hijos.

