Esto significa una caída del 12,7%, al pasar de 11,6 a 10,1 millones de residentes en España, en el citado tramo de edad, en el plazo de quince años.
Así, las personas en edad escolarizable pasarían del 24,9% al 22,2% del conjunto de habitantes del país, atestigua el informe, que cita la operación estadística "Cifras de población" a 1 de enero de 2014 y las "Proyecciones de población 2014-2029" del INE.
Por primera vez desde 1999, el número de fallecimientos en España ha sido superior al de nacimientos; ha sido durante el primer semestre de 2015, según datos publicados recientemente por este organismo.
El presidente de la Asociación de Sociología de la Educación (ASE), Mariano Fernández Enguita, alerta en Efe de que esto puede entrañar una "menor competitividad en la economía global", si damos por supuesto que la capacidad de innovación está vinculada a la formación de las nuevas generaciones, más allá del cambio demográfico por el envejecimiento.
En la práctica, añade, puede suponer una disminución de las ratios alumnos/profesor, "siempre y cuando no se contrarreste volviendo a jubilar docentes de manera anticipada, así como ralentizar la renovación generacional del profesorado".
Para frenar los efectos de menor población en formación, el sociólogo propone más innovación tecnológica, abrir la puerta a la inmigración y fomentar su educación.
Según se deduce en el documento del Consejo Escolar, la población menor de 25 años caería en todas las autonomías hasta 2029.
Los mayores descensos relativos serían en la Comunidad Valenciana (17,1%), Castilla y León (17,7%), Extremadura (18,8%) y Canarias (19,2%), mientras que subiría un 7,7% en la ciudad autónoma de Melilla.
Los datos absolutos señalan que Andalucía perdería más de 300.000 alumnos potenciales, seguida por la Comunidad Valenciana (más de 200.000) y Cataluña (en torno a 200.000).
En 2014, Asturias (18,6%) y Galicia (20,4%) presentaban los valores relativos más bajos de población escolarizable sobre el total de residentes, frente a los más altos de Andalucía (27,8%) y Murcia (28,9%), aparte de Ceuta (34%) y Melilla (37%).
Otro de los aspectos de especial interés para el sector educativo es el saldo migratorio, que tuvo un resultado negativo de 85.000 personas en 2014.
A partir de 2021, la diferencia migratoria sería positiva, con más entradas que salidas, según prevé el INE.
La demógrafa Teresa Castro constata una tendencia general al envejecimiento en todos los países debido a una fecundidad baja y la diferencia con el número de fallecimientos.
España, explica a Efe, tiene una de las tasas de fecundidad más bajas del mundo (1,3 hijos por mujer) y no está previsto que suba; aumentó un poco hasta 2008 y, con la crisis, volvió a bajar.
Esto determina el número de nacimientos y, si se proyecta a quince o veinte años, "es muy fácil ver la población escolar que vamos a tener dentro de esos años", según esta investigadora del Departamento de Población del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Pero hay un factor "muy difícil de proyectar", matiza Castro: cómo van a evolucionar las migraciones en los años próximos. Es algo "impredecible", según evoluciones la situación económica.
A principios del siglo, antes de la crisis, ocurrió que la población en edad escolar aumentó mucho porque llegaron familias con hijos.
La población escolar va a depender de los nacimientos que haya en el país, algo "muy predecible", y de las familias que vengan con hijos, que es "un poco más difícil" de saber.
"Si no se produce otro boom de la inmigración continuado, sí que es predecible que la población en edad escolar disminuya. Pero siempre con mucha cautela", insiste Castro.