Según ha informado en un comunicado, los fósiles corporales de peces son muy frecuentes en las rocas del jurásico de Asturias, pero sus huellas de actividad o icnofósiles no habían aparecido hasta ahora. El ejemplar recuperado este sábado, un bloque de arenisca de unos 45 kilos, fue descubierto hace apenas un mes.
En este caso, las marcas producidas por los peces se deben a la impresión de la boca mientras buscaban alimento en el fondo fangoso de una laguna costera en lo que sería una zona deltaica. Este icnofósil denominado "Osculichnus" fue descubierto por primera vez en Turquía en unas rocas de edad más moderna que las asturianas.
Según el MUJA, sólo existen otras tres referencias de estos fósiles, además de la turca, en China, México y Polonia, por lo que este hallazgo es de "gran relevancia por la escasez de los mismos". Se trata de varios ejemplares compuestos por dos impresiones con forma de media luna correspondientes a la mandíbula inferior y superior.
En la misma zona también se ha localizado y recuperado otro bloque de arenisca con las impresiones longitudinales de las aletas, denominadas "Undichna", la primera vez que se documenta en el jurásico asturiano. Estos hallazgos permiten completar y reconstruir con más detalle el ecosistema jurásico de la región y ampliar el rico patrimonio natural de este periodo.