Marzo de 2020 supuso un antes y un después en nuestra historia. Desde que se declaró la pandemia de coronavirus, la vida de todo el mundo ha dado un giro de 180º y comportamientos que antes nos parecían habituales, ahora simple y llanamente los consideramos impensables por el riesgo que entrañan.
¿Qué es la coronafobia?
Sin embargo, la pandemia también ha generado un brutal impacto sobre la salud mental de muchos, a los que el aislamiento, la falta de contacto con otras personas y el continuo estado de alerta provocado por el miedo al virus ha llevado a padecer trastornos mentales severos, como la ansiedad o la depresión.
Otro es la coronafobia, que se podría definir como el miedo excesivo a contagiarse de Covid-19, un miedo que afecta al normal desarrollo del día a día y que puede conllevar comportamientos perjudiciales para quien lo padece.
¿Quién puede desarrollar este tipo de fobia?
Según un artículo publicado por la doctora en Neurociencias, Aránzazu Duque, y el investigador en Ciencias de la Salud de la Universidad Internacional de Valencia, Basilio Blanco, "cualquier situación alarmante o catastrófica (como una pandemia) supone el caldo de cultivo perfecto para la aparición de trastornos relacionados con el miedo excesivo".
Uno de esos trastornos son las fobias, "respuestas cognitivas, afectivas o conductuales desproporcionadas frente a cualquier aspecto asociado a las mismas". Estos aspectos serían por ejemplo: riesgo de contagiarse por contacto físico, espacios cerrados, muerte o contagio de seres queridos, restricciones, aislamiento social, soledad, pérdida de empleo, crisis económica, etc.
Los expertos explican en su artículo que no todo el mundo tiene la misma posibilidad de desarrollar una fobia, ya que esto dependerá de factores genéticos, ambientales, así como otros específicos de cada fobia. En el caso de las asociadas al Covid-19, "la falta de tolerancia a la incertidumbre, la vulnerabilidad percibida a la enfermedad o la propensión a la ansiedad".
¿Cuáles son los síntomas?
Sobre todo, miedo a contagiarse uno mismo o seres queridos, angustia por la situación, ansiedad o depresión. Todo esto, llevaría al afectado a tener comportamientos autolimitantes que impacten fuertemente en su salud mental.
Por ejemplo, una de las medidas para evitar los contagios ha sido recomendar el lavado de manos de manera habitual. Una persona que tenga este tipo de fobia, podría generar un TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo) que le lleve a lavarse las manos constantemente para evitar contagiarse desarrollando un trastorno de ansiedad en caso de que no pueda realizarlo.
Otro comportamiento perjudicial para quien lo padece podría ser el aislamiento social para evitar contagiarse, lo que podría evolucionar en un trastorno por agorafobia (miedo a los espacios abiertos) o una "ansiedad fóbica", es decir, "un miedo intenso ante lugares o situaciones de los cuales sería difícil huir o pedir ayuda en caso de urgencia".
Según el artículo, el aislamiento también podría llevar asociada una "afectación negativa de las habilidades sociales, con una mayor propensión a la fobia social". En este sentido, explica que el grupo de población que se ha visto más afectado por esto ha sido el de los adolescentes.
