Sólo son una mínima parte de los 84 millones de desplazamientos que se prevén para todo el verano, el mayor número que ha estimado la Dirección General de Tráfico (DGT) de los últimos años y que suponen un aumento del 3,5 por ciento respecto a los meses de julio y agosto del año pasado.
Tráfico, como puso ayer de manifiesto su máxima responsable, María Seguí, en la presentación del dispositivo, quiere conseguir que este verano la siniestralidad en las carreteras se reduzca y la mortalidad sea inferior a los 285 fallecidos en julio y agosto de 2015.
Los conductores que emprendan mañana viaje van a encontrarse con algunas novedades, como la puesta en marcha de 60 nuevos radares ligeros que los motoristas de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil podrán colocar en los puntos de las vías que consideren oportuno.
Su ubicación, por tanto, no será conocida con anterioridad por los conductores, que sí sabrán cuando circulan por un tramo especialmente peligroso, porque la DGT señalizará 300 de ellos donde se ha constatado que el acelerador se pisa por encima de los límites establecidos y donde se han producido accidentes.
Una señalización de color naranja que podrán ver los conductores en las carreteras convencionales o secundarias. Mientras, aquellos que circulen por las vías de alta capacidad -autovías y autopistas- que estén atentos porque los Pegasus -esos radares incorporados a los helicópteros de la DGT que detectan a gran altura la velocidad- vigilarán desde el aire.
Porque a la DGT le preocupa especialmente que se haya incrementado el número de fallecidos en este tipo de carreteras, aunque el 75 por ciento de las víctimas mortales se producen en las secundarias. Y aunque este fin de semana no hay en marcha ninguna campaña especial, a lo largo del verano habrá tres especiales: una del 11 al 17 de julio sobre el estado de los vehículos -el 4 % circula sin la ITV pasada-, otra de alcohol y drogas en coincidencia con el puente del 15 de agosto y otra de control de velocidad la semana del 22 de agosto.
