Cuando llega el frío, a muchas personas lo que les apetece es quedarse en casa con el calor de la calefacción y bajo una manta, tomando algo calentito. No es el caso de los habitantes de Yakutsk, en Rusia, la ciudad más fría del mundo, donde los termómetros pueden llegar a rondar los 50 grados bajo cero. "¡El tiempo es excelente, ha llegado el invierno!", cuenta entre risas Matryona Starostina, vendedora de uno de los mercados al aire libre de la ciudad.
En un vídeo difundido por Reuters se ve cómo los habitantes caminan sobre las calles convertidas en hielo, vestidos con muchas capas de ropa, abrigos y botas de nieve, el típico gorro ruso de piel con orejeras, guantes... Todo lo necesario para que la mínima cantidad de piel quede al descubierto, evitar que hasta las pestañas se congelen y poder soportar los 45 grados bajo cero que los termómetros marcaron este pasado 15 de diciembre.
Abrigarse bien y tomar té caliente, las claves para soportar el frío
Pero a los más de 300.000 habitantes esto no parece importarles, al contrario, lo estaban esperando. "Hace un frío de verdad", asegura Starostina. Otra vecina de la ciudad, Elena Kuzmina, da la clave para soportar las bajas temperaturas: "Como dice el refrán, no hay mal tiempo, solo ropa inadecuada. Abríguese bien y todo irá bien". A pesar de que el periodista le insiste en que el frío es demasiado, ella contesta alegre: "No hay viento, es maravilloso".
Otra manera de combatir el frío es tomar "té caliente a menudo" mientras se está en la calle. "Siempre llevamos un termo con té a mano", explica Starostina. Otra mujer comparte su opinión y asevera alegre, que le gusta este clima "duro". "Lo soporto perfectamente", añade.

Yakutsk se encuentra en Siberia, la región más fría del continente. Está construida sobre el permafrost, una capa de suelo, roca y sedimentos que permanece congelada durante más de dos años consecutivos. El permafrost ocupa 23 millones de kilómetros cuadrados -el 25% de la superficie terrestre del hemisferio norte-, pero en los últimos la velocidad a la que se descongela se ha multiplicado por siete debido al cambio climático.
Aunque 45 grados bajo cero parezca una temperatura imposible, lo cierto es que históricamente ha llegado a experimentar temperaturas más bajas incluso. Tal y como ha recordado Starostina, hace muchos años llegaron a los 55 grados bajo cero y durante el invierno de 2022 se registraron mínimas cercanas de -64,4 grados.
En esta ciudad se encuentra la quinta parte de los diamantes del mundo
Por increíble que parezca, en esta ciudad fundada en 1632 como una fortaleza rusa, mantiene una actividad normal durante el año. Incluso tiene un aeropuerto, que a veces opera con dificultades. Para que los coches no se congelen, algunas plazas de aparcamiento tienen chimenea. Como no hay tren es habitual que la gente se desplace con trineos. Los mercados al aire libre son uno de los puntos de reunión y de actividad del país, donde es habitual que el pescado y la carne se mantengan congelados naturalmente.
Cabe destacar que en la ciudad no hay tuberías, cañerías ni cloacas para evitar que el agua se congele. Gracias al auge de la minería, la ciudad ha experimentado un crecimiento en las últimas décadas. De hecho, la ciudad cuenta con una quinta parte de diamantes del mundo y aquí se encuentra la mina Mir, el segundo mayor agujero excavado del mundo con 525 metros de profundidad y un diámetro de 1.200 metros.

