Amnistía ha presentado hoy el informe "El asilo en España: un sistema poco acogedor", con entrevistas a más de 80 personas, en el que pide una reforma del sistema, porque no se adecúa a los estándares internacionales y no coordina de forma eficiente los recursos de organizaciones, ayuntamientos y comunidades autónomas.
El proceso de asilo en España es "obsoleto e ineficaz" y la falta de apoyo económico "puede llevar a la indigencia a los que han pedido asilo o a marcharse del país", ha advertido Esteban Beltrán, director de Amnistía en España, quien ha reclamado "revisar todo el sistema" para incluir un presupuesto de integración que aborde la estancia de los refugiados a medio y largo plazo.
Para el director de Amnistía, si el Gobierno no aborda esa reforma será porque "no quiere recibir refugiados".
Amnistía ha reclamado al nuevo Gobierno y al nuevo Parlamento que elabore un plan integral de acogida con medidas concretas que garantice todo el proceso y la coordinación con otras administraciones locales y autonómicas de sus servicios sociales.
"España no está dando la bienvenida que se merecen a las personas que huyen de la guerra y la persecución, de manera que puedan acceder a una acogida digna, un procedimiento de asilo justo y efectivo y su plena integración", ha opinado.
Ha destacado que "tanto las personas que llegan por Ceuta y Melilla, y que se encuentran con un limbo en el que su derecho a la libre circulación a la península está limitado y restringido, como aquellas que llegan por otras vías de manera espontánea, o los pocos que el Gobierno trae a través del reasentamiento y la reubicación, tienen algo en común: las dificultades que se encuentran para su acogida digna y su posterior integración en el país".
El informe destaca que la Ley de Asilo en España está obsoleta y no ha incorporado las últimas Directivas Europeas en materia de asilo, ni desarrollado un reglamento, seis años después de su aprobación.
Junto a la reforma del sistema de asilo, Amnistía reclama a las autoridades españolas que "cumplan inmediatamente con sus compromisos para reubicar a un número adecuado de personas que se encuentran en Grecia e Italia y de reasentar a las que están en países como Jordania, Líbano o Turquía".
Según la responsable del informe, Virginia Álvarez, "mientras las personas esperan, algunas durante años, a que se resuelva su solicitud, las ayudas previstas para su acogida son insuficientes y no se adaptan a sus necesidades, algo que puede finalmente llevar a muchas de ellas a la indigencia", ha insistido.
El informe documenta casos de solicitantes de asilo que tras los primeros meses de acogida han quedado "abandonados a su suerte, enfrentándose a múltiples obstáculos como, por ejemplo, el acceso a la vivienda".
Como Drias, un sirio solicitante de asilo, que relató a Amnistía que llevaba 9 meses en un centro de acogida de la administración, junto a su mujer, su hijo de 12 años y su hija de 7 y que tras comunicarles que debían abandonar el centro y buscarse un piso, han tenido muchos problemas porque le pedía un contrato.
Amnistía señala que cuando acaba la segunda fase de acogida, las personas refugiadas quedan desamparadas y que para las que la han obtenido tampoco existen ayudas específicas para su integración en el país.
Otro de los casos que explica es de la Amira, de nacionalidad libia, quien tuvo que huir de su país por la persecución sufrida por sus creencias y activismo en favor de los derechos humanos de las mujeres, y que lleva un año esperando su resolución.
Durante los primeros seis meses obtuvo una ayuda, pero al cabo de ese tiempo se quedó en la calle sin más recurso que los 340 euros que se entrega en concepto de "ayuda de salida".
Además, el informe expone los problema que tienen muchos refugiados para detectar su vulnerabilidad ante la falta de entrevistas sistematizadas, lo que les impide acceder a ayudas y recursos que necesitan.
Como Maryam, de nacionalidad siria, quien huyó de la guerra y del maltrato por parte de su pareja y que durante el camino fue víctima de un intento de agresión sexual.
"Llegó sola a España, en una situación especialmente vulnerable. A pesar de los problemas que presentaba, no ha sido debidamente identificada ni ha tenido acceso una atención especializada ni apoyo psicológico; en la actualidad vive en un recurso para personas sin hogar", explica la investigación.
La organización tiene en marcha el manifiesto "#YoAcojo", en el que ya han firmado más de 50.000 personas y 900 organizaciones, para recordar a las autoridades españolas que la gente quiere mostrar su solidaridad con los refugiados.