Salud mental

Los 22 consejos que te ayudarán a dejar de sobrepensar todo, según la psicología

Nuestro día a día es muy ajetreado y necesitamos estrategias que nos ayuden a centrarnos en lo bueno de nuestra vida y dejar a un lado el ruido.

Carlos Martín

Madrid |

Hombre sobrepensando
Los 22 consejos que te ayudarán a dejar de sobrepensar todo, según la psicología | Pixabay

El estrés diario o las preocupaciones familiares, románticas o de amistades pueden afectar a nuestra salud y a nuestro día a día si no sabemos controlar nuestra mente y ubicar cada cosa en su sitio. "No te preocupes", "No le des más vueltas", son los comentarios habituales que solemos escuchar, pero basta que se nos diga eso para acabar pensándolo más. Es algo bastante común, pero también muy destructivo.

Las consecuencias de no aprender a manejar nuestra mente son bastante severas, ya que entrar en dinámicas negativas y de autosabotaje, pueden desencadenar en crisis de ansiedad, insomnio o incluso depresión. Por eso, en 'The Positive Blog' han compartido una guía con la que, en caso de no tener acceso a ayuda profesional, puedes tratar de aprender a mantener tu mente y cuerpo en calma.

1- Poner las cosas en una perspectiva

Algo muy común en las personas es hacer castillos de granos de arena. Por eso, conviene poner esa preocupación en su lugar y darle la importancia que merece. Una opción para tratar de alcanzar esta meta es la de, en el momento en el que se esté pensando en exceso, preguntarse a sí mismo ¿Esto me va a importar dentro de tres años? ¿Y en tres horas?

Pese a que nuestra necesidad sea inmediata, el hecho de ponerla en perspectiva nos ayudará a calmar nuestra mente y evitar hacer predicciones catastróficas.

2- Plazos cortos de decisión

A ciertas personas les aterra tener que tomar decisiones, ya sean importantes o no para su vida. Esto les conduce a repasar en su mente todas las posibles alternativas y escenarios, lo que les lleva a un desgaste emocional inmenso. Por esta razón, es conveniente marcarse unos plazo de toma de decisión en caso de que no se tengan ya. Un ejemplo podría ser que en el caso de tener que decidir sobre cosas nimias le demos un plazo de 30 segundos y en el caso de tener que tomar una decisión de mayor calado, no dedicarle más de 30 minutos.

3- No esperes a tener un buen día

La realidad es que no hay días en los que no haya factores de estrés o que vayan completamente bien, pero sí que podemos manejar la manera en que nos afectan. Para esto es fundamental generar rutinas que nos permitan alejarnos del ruido, tres posibles pasos a seguir son comenzar el día con buen pie, es decir, no leyendo, viendo o escuchando cosas negativas; realizar una única tarea y tomar descansos regulares, esto permitirá focalizar nuestra atención y rendir mejor; por último, focalizar tu atención en cosas importantes y no distraerse con redes sociales o que puedan captar nuestra atención.

4- Volverse más activo

Marcarse unos horarios y establecer unas rutinas nos permitirá focalizar la atención en un único tema en cada momento. Estas determinaciones impiden que nos podamos distraer y demos espacio al ruido de nuestra mente. Además, evitaremos la procastinación y aunque tengamos miedo, iremos avanzando en el día paso a paso.

5- No intentes controlarlo todo

El miedo al error, al fracaso o al ridículo nos hacen intentar prever todo lo que puede ocurrir y tratar de planificar cada posible solución a los infinitos errores que encontramos en nuestra mente, pero lo cierto es que no podemos llegar a todo. La vida tienen un alto grado de improvisación debido a la cantidad de situaciones inesperadas que se nos presentan delante, por eso es necesario aprender a surfear todas las olas. Obviamente es más fácil decirlo que hacerlo, pero todo es empezar.

6- Aprende a poner límites a tus pensamientos

Los límites son imprescindibles en nuestra vida, ya sea con las personas, con los animales o con nosotros mismos. De hecho, los más importantes nos los tenemos que imponer nosotros. Saber cuándo podemos permitirnos pensar en algo o cuándo no, se trata de disciplinar la mente y de esta manera, cuando llegue el ruido, saber decirle que hoy no es su día de suerte. Evidenemente habrá situaciones en las que sea más complicado pararlo, pero debemos ser férreos en nuestros límites para que de verdad funcionen.

7- No te pierdas en pensamientos vagos

¿Qué es lo peor que podría pasar?, esta es la pregunta que debemos hacernos siempre que nos descubramos perdiendo el tiempo en una preocupación que, por lo general, tiene una probabilidad ínfima de que suceda. Este razonamiento va a dar pie a que contextualicemos de manera coherente nuestro problema y veamos que, en realidad, no era tan grave como pensábamos.

8- Haz ejercicio

No hay mayor verdad en la psicología que "si estás ocupado, no estás preocupado". El deporte no sólo es bueno par anuestro físico, también lo es para nuestra mente porque mientras lo practicamos focalizamos toda nuestra atención en el ejercio, sudamos y generamos endorfinas, una sustancia producida por nuestro cuerpo que aumenta la sensación de placer y bienestar. No es necesario hacer una cantidad abismal de ejercio, pero 20 o 30 minutos al día nos pueden ayudar a calmarnos.

9- Duerme lo suficiente

El sueño es una de los factores que más solemos descuidar, no solo por la cantidad de tareas que tengamos que realizar al día, sino porque siempre tenemos una excusa para quedarnos un rato más despiertos. Sin embargo, no respetar los ritmos de sueño, pueden provocar alteraciones en nuestro sistema nervioso que nos vuelvan más vulnerables a la preocupación o a la ansiedad. Por eso, si te cuesta dormir prueba a tener la cama a una temperatura agradable; usa tapones si te despiertan ruidos; no te fuerces a dormir, si te metes en la cama y no paras de dar vueltas, es mejor que vuelvas al sofá y trates de calmarte leyendo. Asimismo, evita utilizar pantallas o cualquier elemento que te pueda alterar 20 o 30 minutos antes de acostarte.

10- Vive el momento presente

Muchas veces nos perdemos recordando el pasado o tratando de anticipar el futuro, olvidándonos del ahora. Eso nos hace desconectar de nuestra realidad y peor aún, centrar nuestra atención en cosas que ya no se pueden cambiar o que no sabemos si van a pasar. Por esta razón, si sientes que estás disociado trata de desacelerar, reduce la velocidad a la que estés haciendo las cosas, serás más consciente del estado de tu cuerpo; repítete a ti mismo: "Ahora soy", y transportarte a lugares que de verdad te hagan sentir en calma, como una playa o una caminata por la montaña y una vez estés calmado vuelve a la actividad. Además, siempre puedes parar un momento, respirar y volver a conectarte con la actividad que realizabas.

11- Rodéate de personas que no sean tan reflexivas

El entorno familiar o de amistades nos hará ser quienes somos, por eso es conveniente de personas que nos hagan bien. Si somos de esas personas que tiene a sobrepensar todo, necesitamos tener cerca a esas personas que son más impulsivas, con ellas cerca no tendremos tanto tiempo de pensar y eso nos hará salir de la espiral de miedo. Al final, todo se reduce a buscar lo que nos beneficia y priorizarlo. Este consejo también es aplicable a cosas materiales como libros, música, series o películas.

12- Sé consciente de tus dificultades y recuérdatelas

No, no se trata de un martirio. Si eres de esas personas a las que les es muy fácil sobrepensar, apúntalo en una nota, en el teléfono o en el frigorífico si es necesario. De lo que se trata es de que en el momento en el que lo leas seas capaz de darte cuenta de que estás pensando de más y que debes parar, resetearte y seguir con tu día.

13- Exterioriza tu problema

Ocultar nuestros problemas pueden ser una manera de darles mayor tamaño, por eso habla con tus personas de confianza, con quienes te sientas cómodo y no te guardes nada. Ellos te entederán y en el momento en el que lo verbalices perderá envergadura, lo que te liberará de la carga.

14- Escribe en un diario

Si en ese momento preciso no puede hablar con nadie, otra buena opción es escribirlo en un diario o en un papel. Escribe tu problema, los miedos y los pensamientos que generan en ti es otra manera de desahogarse. Además, al verlo escrito y no en nuestra cabeza, podremos darle una dimensión menor y hayaremos la mejor manera de afrontarlo. Para muchas personas esto se convierte en una práctica diaria por sus altos beneficios.

15-Escribe un diario de agradecimiento

En los momentos negativos de nuestra vida nos cuesta mucho poder ver lo que nos hace felices, lo que es bueno en nuestra vida o por lo que merece la pena seguir adelante. Es por ello que anotar tres razones por las que estar agradecido, de forma diaria y aunque sean repetitivas, nos ayudará en nuestros momentos de bajón. Una de las claves de este ejercicio es hacerlo antes de acostarse, porque las cosas positivas se quedarán en nuestra cabeza y nos ayudarán a dormir.

16- Respira

No es casualidad que cada vez más personas aprendan yoga o ejercicios de meditación, lo hacen porque funciona. Durante nuestros ajetreados días estamos tan acelerados que se nos olvida lo imporante que es respirar, introducir aire nuevo en nuestro cerebro y el beneficio que tiene. Hazlo con los ojos cerrados, durante dos minutos y trata de centrarte única y exclusivamente en inhalar y exhalar.

17- Reserva un momento del día para buscar soluciones

Ya que tanto te preocupa ese pensamiento, dale su espacio en el día, el que mejor te venga a ti y con un lápiz y papel trata de hayar todas las soluciones posibles. Es posible que al principio, debido al estado de activación, sea más complejo pero céntrate y hazte las siguientes preguntas: ¿Cómo puedo eliminar este desafío de mi vida?, ¿cómo puedo al menos reducir su impacto?, ¿cómo puedo convertir este desafío en algo positivo o qué puedo aprender de él?, ¿qué es lo peor que podría pasar en esta situación?, ¿qué puedo hacer para recuperarme rápidamente.

18-Reduce el consumo de pantallas

Vivimos en un mundo en el que estamos permanentemente conectados y expuestos a alertas, noticias y notificaciones, tanto que hay personas que han desarrollado lo que se conoce como 'FOMO' (miedo a perderse algo). Pero la realidad, es que la mayoría de veces que consultamos nuestras redes no vemos nada en específico y lo único que hacemos es perder el tiempo. Uno de los problemas de hacerlo de manera descontrolada es desarrollar adicciones al móvil, cada vez más comunes en la juventud, por eso manten tu teléfono lejos o configuralo de tal forma que solo recibas alertas de llamadas o mensajes de personas importantes.

19- Ten tiempo libre, desconecta

Las cargas de trabajo o fmailiares a menudo son las excusa perfecta para no desconectar, pero eso lo único que va a producir en nosotros es que nuestra mente siga divagando por las preocupaciones. Por eso es necesario reservarse diariamente un momento para nosotros. Hay muchas maneras de hacerlo, hay quienes prefieren hacerlo al final del día y ser reservan un par de horas, o hay quienes durante el día se toman descansos de 10 o 15 minutos. Encuentra tu fórmula y úsala.

20- Pasa tiempo en la naturaleza

Un paseo por el bosque, por un parque, oír el viento en los árboles o el agua de un río, pocas cosas hay más relajantes que la naturaleza, pero muchas veces estamos tan acelerados que no sacamos tiempo para conectar con ella. Cada vez que te notes cargado, recurre a ella, te va a ayudar a restablecer tu estado mental, reducir el estrés y disminuir el ritmo de vida diario.

21- Sé amable y paciente contigo mismo

Todos estos consejos tienen efecto si se practican recurrentemente. Mientras consigues que den resultado no te matirices, no te juzgues y háblate bien. Está demostrado que si tenemos una buena comunicación interior ganamos confianza en nosotros mismos y seremos menos vulnerables a las preocupaciones. Es normal que el progreso no sea lineal hacia arriba, date tiempo, calma, todo va a salir bien. Lo imporante no es cuántas veces se falle, sino cuantas se intente.

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22- Busca ayuda profesional

Si pese a todo persisten los problemas de sobrepensamiento y no eres capaz de hacerte con ello una de las mejores ideas es tratar con especialistas que nos ayuden a encontrar soluciones y que nos enseñen estrategias para regularnos. Esto no significa que no hayamos sigo capaces, que somos menos que otras personas... No, simplemente significa que necesitamos ayuda, quién no la ha necesitado alguna vez.

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