La infanta Cristina respondió este sábado ante la Justicia para aclarar su implicación en el caso Nóos. Fueron seis horas de declaración con un despliegue mediático sin precedentes en los juzgados de Palma de Mallorca. El juez Castro mostró a la Infanta decenas de facturas y gastos cargados a la empresa Aizoon. "¿Reconoce usted esta factura?", preguntó Castro, a lo que la Infanta respondió: "De eso se encargaba mi marido y yo me fiaba plenamente de él". Castro insiste en las facturas y pregunta si el objetivo era desgravarlas a Hacienda. Doña Cristina vuelve a responder: "No tengo conocimientos tributarios", y reitera que desconoce qué facturas son deducible y cuales no. "Si lo hubiera sabido, me habría negado por principios”, añadió. El juez, que acaparó gran parte de la declaración, siempre se dirigió a ella como 'Señora'. Entró en todos los detalles de la administración de Aizoon y llegó a decir que la Infanta "sirvió de escudo fiscal para la empresa de su marido". A lo que ella se muestra tajante: "No lo he sido. Precisamente por ser quien soy, Hhacienda mira con lupa todo lo que hago con lupa". Castro pregunta entonces sobre el préstamo del Rey al matrimonio Urdangarin para comprar la casa de Pedralbes. "¿Señora, le ha devuelto el crédito a su padre?" “Se lo estoy devolviendo”, dice la Infanta. "Mi padre al final es mi padre y tiene confianza en mi". Durante el receso, doña Cristina comió en una sala junto con su abogado. 90 minutos después llegó el turno del fiscal. Es entonces cuando se palpa en la sala la tensión entre Horrach y Castro, según cuentan quienes allí estuvieron presentes. EL fiscal pregunta si sabe qué delito fiscal le imputan. "No", responde la infanta. A lo que el fiscal añade: "Yo tampoco": Su turno, mucho más breve, duró apenas un hora. Llegó después el momento para las preguntas de los abogados de la Defensa. La Infanta insiste entonces en que confiaba en su marido. "No estaba al tanto de las decisiones ejecutivas que se tomaban en la empresa". El propio juez desestima las preguntas de la acusaciones populares por reiterativas. Y con ello acabó una intensa jornada en la que la Infanta salió tal y como entró, con una sonrisa y saludando a la prensa.