En la grabación, de más de nueve minutos y cuya autenticidad no pudo ser comprobada, aparecen las víctimas de rodillas y en fila en el escenario del teatro romano, donde sus verdugos les disparan a la cabeza desde atrás.
El asesinato se produce delante de una multitud de hombres que aparecen sentados en la platea.
En secuencias anteriores, el EI enseña imágenes de la toma de Palmira el pasado 20 de mayo y de la prisión de esa población.
En un momento del vídeo, se ve cómo los prisioneros que más tarde van a ser asesinados son sacados de sus celdas y conducidos en vehículos todoterreno por la parte moderna de la urbe hasta el teatro romano, ubicado en la zona arqueológica, en las afueras.
La grabación acaba con el degollamiento de otro prisionero de las fuerzas gubernamentales a manos de un yihadista adulto y con imágenes de la voladura de la cárcel de Palmira.
El pasado 27 de mayo, el Observatorio Sirio de Derechos informó de la muerte de veinte efectivos del régimen de Bachar al Asad a manos de miembros de EI en el teatro romano de Palmira, aunque no precisó si los autores del asesinato eran menores.
Tres días después, según esa ONG, el centro penitenciario de esta localidad, símbolo de la represión del régimen, fue destruido con explosivos por los extremistas.
No es la primera vez que menores de edad son protagonistas de vídeos del EI, ya que, en dos ocasiones anteriores y con fines propagandísticos, varios niños han aparecido en grabaciones en las que supuestamente asesinaban a disparos a dos rusos y un árabe israelí acusados por los radicales de ser espías.
Las ruinas grecorromanas de Palmira son uno de los seis sitios sirios incluidos en la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco.
Los yihadistas difundieron ayer fotografías de la destrucción de seis bustos de piedra originarios de esta ciudad en la población de Manbech, en la provincia septentrional de Alepo, aunque el Observatorio aseguró que se trata de piezas falsas.
Por el momento, no se ha confirmado que la parte arqueológica de Palmira haya sufrido algún daño.
Antes del inicio del conflicto en Siria, en marzo de 2011, las ruinas de Palmira, con sus teatros y templos, fueron uno de los principales centros turísticos del país árabe.