Según explica la Policía Judiciaria portuguesa, tuvieron a los bebés entre 2011 y 2017 con el fin de venderlos. Los agentes afirman que la brasileña detenida es la madre de los menores y esperan a que las pruebas de ADN confirmen que la identidad del padre.
La pareja, ella pastelera y él constructor, tiene una relación desde hace diez años y residen a las afueras de Oporto. "Los delitos consistieron en la entrega de cuatro recién nacidos, previo pago de dinero o de otras contrapartidas, a ciudadanos residentes en el espacio europeo", explica la Policía en un comunicado.
Aunque no pueden desvelar en qué países se encuentran los pequeños, la Policía explica que se encuentran controlados y en buen estado.