SEMANA SANTA

Por qué se comen torrijas en Semana Santa: el origen de esta tradición gastronómica

M.P.

Madrid | 28.03.2024 11:22

Dos torrijas en un plato en la pastelería 'Café Comercial', a 31 de marzo de 2023, en Madrid (España).
Dos torrijas en un plato en la pastelería 'Café Comercial', a 31 de marzo de 2023, en Madrid (España). | EP

La torrija es uno de los dulces más típicos y conocidos de la gastronomía española. Muy fácil de hacer, tan sólo necesitamos pan, leche, limón, naranja, canela, azúcar, huevos y aceite de oliva virgen extra.

No se concibe la Semana Santa sin ellas, pero, ¿por qué comemos las torrijas en esta época del año? ¿Cuál es el origen de este plato tan representativo de estas fechas?

¿Cuál es el origen de las torrijas?

Su origen es un misterio: hay quien dice que aparecieron como alimento para los pobres, ya que los ingredientes principales (pan, leche y huevo) eran más baratos y buenísima opción para coger las fuerzas necesarias.

Sin embargo, otra versión asegura que su origen se remonta a la época de los romanos, gracias al gastrónomo Marco Gavio Apicio que, en el siglo I, mencionó en uno de sus recetarios que la rebanada de pan debe sumergirse en la leche, pero no mencionaba nada de huevo ni se refería a ello con un nombre especial.

Más adelante fue cuando aparecieron las torrijas tal y como las conocemos ahora: pan, leche y huevo. Se llamaban ‘sopa de partera’ y esto era debido a que era el alimento que se daba a comer a las mujeres que acababan de dar a luz durante la Edad Media, según explicó la periodista gastronómica, Ana Vega, en Julia en la Onda. En ese momento, se creía que dar pan, leche y huevos podía ayudar a las mujeres que habían dado a luz recientemente. Lo único que no existía era el azúcar, por lo que ponían vino.

¿Por qué se comen en Semana Santa?

Vega explicó en Julia en la Onda que el motivo por el cual se comían en Semana Santa era pura casualidad. Durante la cuaresma, no se podía comer carne y este postre respetaba las normas religiosas.

Decían que la razón religiosa de la abstinencia durante la cuaresma era que había que ser espiritual y alejarse de la carne, así que durante los 40 días que duraba, se comían platos como las torrijas, que sí respetaban las normas.

Para evitar la carne, se podía optar por el pescado, aunque en el interior del país esto era muy difícil y solo podían acceder a escabeches o salados, como el bacalao.