Miles de personas han presenciado este espectáculo, un sucedáneo del Toro de la Vega, al que ha precedido una multitudinaria manifestación para reivindicar el torneo en su formato clásico después del reciente decreto, por parte del Gobierno de Castilla y León, que prohíbe la muerte en público de animales de festejos populares y tradicionales.
Lanzas simuladas, pancartas, proclamas contra el decreto han adornado balcones y portado numerosos aficionados y vecinos de la villa antes de la suelta del Toro de la Peña, un ejemplar de 670 kilos, cinco años y medio de edad, con el hierro de Jaralta y que lucía unas defensas de impresionante arboladura.
El astado, de nombre "Pelado", ha realizado el mismo recorrido que el Toro de la Vega, desde las inmediaciones de la Plaza Mayor hasta el puente y a continuación al campo, donde ha sido recortado por mozos y protagonizado escenas de riesgo entre los centenares de corredores reunidos en esta zona.
El Toro de la Peña ha concluido con su encierro en los corrales del Prado del Zapardiel, aproximadamente una hora después de su suelta, en medio de un impresionante aguacero, al principio, y de una persistente lluvia que ha deslucido el encierro, en el que han participado unos doscientos jinetes, y favorecido la defensa de un animal que ha acusado una evidente mansedumbre.
Un mozo que portaba una lanza auténtica ha sido retenido e identificado por la Guardia Civil, uno de los escasos incidentes junto al registrado dos horas antes del encierro cuando partidarios y detractores del festejo han intercambiado insultos y se han agredido mutuamente.
En la refriega, donde medió el coronel Juan Miguel Recio, jefe de la Comandancia de la Guardia Civil en Valladolid, resultó zarandeado el subdelegado del Gobierno, Luis Antonio Gómez. La lectura de un manifiesto, minutos antes del espectáculo, coronó la masiva manifestación en favor del torneo tradicional, convocada por una plataforma ciudadana y el Patronato del Toro de la Vega.
La plataforma ha cargado contra la Junta de Castilla y León como responsable de un decreto de prohibición elaborado sin previa consulta ni información con los principales afectados. "No nos han defendido, ni siquiera nos han preguntado" al redactar y aprobar una norma que, al margen del Toro de la Vega, "abre la puerta a la prohibición de todo tipo de festejos", incluidas las corridas de toros, han criticado.
No ha habido heridos por asta de toro ni tampoco cogidas en una jornada que ha registrado un descenso notable de visitantes y se ha caracterizado por el escrupuloso respeto a la norma que prohíbe la muerte en público del animal.