El Tribunal Constitucional no ha aceptado el recurso presentado por el político soberanista Carles Puigdemont, que recurrió al organismo arbitral constitucional para tratar de invalidar la orden nacional de detención dictada por el Tribunal Supremo. La desestimación de este recurso ha sido impulsado por la conocida como Sala de Vacaciones del Tribunal Constitucional, una delegación del órgano compuesta solo por tres jueces que funciona en los periodos de interrupción de la actividad ordinaria.
La resolución por parte de esta Salas de Vacaciones, sin embargo, ha suscitado una cierta polémica, pues existen voces que no consideran que se tratase de un asunto tan urgente como para valorarlo por esta vía, en lugar de esperar a la reanudación de la actividad ordinaria del Constitucional.
La ministra de Defensa Margarita Robles ha sido una de estas voces críticas, pues considera que "lo prudente" hubiera sido esperar a que se constituyera "una sección" o el pleno completo. Al tratarse de un asunto de "relevancia social", argumenta Robles, lo idóneo es que no sea resuelto por la Sala de Vacaciones, "formada por tres magistrados" y compuesta para tratar asuntos administrativos o de menor relevancia, a juicio de Robles. Los dos magistrados de corte conservador optaron por la inadmisión del recurso de Puigdemont, mientras que la tercera magistrada, del sector progresista, se ha pronunciado en contra de la decisión de sus colegas.
"La Constitución ha querido que el Tribunal Constitucional esté compuesto por 12 magistrados o que funcione en secciones de seis" ha explicado Robles, que también ha desarrollado carrera como juez. La ministra de defensa se ha apoyado en la trascendencia "política" y "jurídica" del recurso para respaldar su decisión.
La Fiscalía también ha reaccionado ante la decisión del Tribunal Constitucional y, en medio de las negociaciones para impulsar una investidura, ha anunciado que recurrirá la inadmisión al considerar que no existía ninguna urgencia para que fuera la Sala de Vacaciones la encargada de tramitar el recurso.
