Los sospechosos explotaban sexualmente a mujeres en pisos de citas distribuidos por los municipios de Navalcarnero, Ciempozuelos y Las Rozas.
Las víctimas -mayoritariamente mujeres venezolanas- eran captadas en su país de origen y trasladadas a España con falsas promesas de trabajo.
Aquí se les obligaba a ejercer la prostitución. Estaban sometidas a un estricto control y eran vigiladas 24 horas al día con cámaras de grabación. Además, también eran forzadas al consumo y venta de drogas.
La operación policial ha conseguido la liberación de las 17 víctimas de esta organización criminal.