a nivel internacional aún no hay experiencias de este tipo

El Govern estudia gravar también otros productos azucarados además de las bebidas

La Organización Mundial de la Salud lleva tiempo alertando de los peligros del consumo masivo de azúcares libres. En adultos y niños, el abuso de este tipo de azúcares está directamente vinculado al aumento de peso e incluso a la obesidad. Por esta razón, Cataluña ha implantado un nuevo impuesto sobre las bebidas azucaradas.

ondacero.es

Madrid | 01.05.2017 17:10

Azúcar
Azúcar | Agencias

El secretario de Hacienda de la Generalitat, Lluís Salvadó, ha explicado que el Govern está estudiando un nuevo impuesto para otro tipo de productos con azúcar añadido además de las bebidas: "Se hará cuando estemos en condiciones de que el proyecto de ley y el impuesto nos permita conseguir el resultado que queremos".

"Es coherente y tenemos que avanzar en esta dirección", ha apuntado este lunes, día en el que ha entrado en vigor el impuesto catalán de bebidas azucaradas, en una entrevista de Rac1 recogida por Europa Press.

Salvadó ha explicado que a nivel internacional aún no hay experiencias de este tipo pero que "hay uno o dos países que están entrando y tienen algún proyecto de ley" para gravar productos azucarados.

Las empresas de la industria, distribución y la hostelería empiezan a aplicar en Cataluña el nuevo impuesto autonómico que grava a las bebidas azucaradas envasadas.

Según ha recordado la Asociación de Empresas de Fabricantes y Distribuidores (AECOC), la medida prevé dos subidas: una de 0,08 céntimos por litro si el producto tiene entre 5 y 8 gramos de azúcar por cada 100 mililitros, y otra de hasta 0,12 céntimos por litro en caso de que el azúcar supere los 8 gramos por cada 100 mililitros.

Los productos afectados son todos los refrescos o sodas, bebidas de néctar de frutas, bebidas deportivas, bebidas de té y café, bebidas energéticas, leches endulzadas, bebidas alternativas de la leche, batidos y bebidas de leche con zumo de fruta, bebidas vegetales y aguas con sabores.

"Hoy, seguramente, no se notará que la bebida es más cara. El impuesto se empieza a repercutir a partir de la fecha que el punto de venta ha comprado el producto al distribuidor", ha aclarado Salvadó, para quien "la idea es que el consumidor pague el impuesto (...) para que se produzca un cambio de hábitos del consumidor".