En su informe sobre las proyecciones macroeconómicas de la economía española, la autoridad monetaria afirma que el PIB, que habría crecido un 0,7% en el primer trimestre de este año, igual tasa que en los dos trimestres anteriores, sigue mostrando un "elevado dinamismo" y que las perspectivas para 2018-2020 dibujan una "prolongación de la etapa expansiva", si bien espera que la intensidad del crecimiento se vea "gradualmente mitigada".
Estas proyecciones favorables se apoyan, según el Banco de España, en la corrección de los desequilibrios de la economía, así como en la firmeza de la actividad y el comercio mundiales, en la persistencia de las condiciones propicias para la financiación de familias y empresas y en el tono de una política fiscal "algo más expansiva" que hasta ahora, dado que se incorpora el acuerdo en materia salarial y de empleo público alcanzado entre el Gobierno y los sindicatos para el período 2018-2020.
En todo caso, afirma que la ausencia de Presupuestos Generales del Estado para este año en el momento de elaboración de estas previsiones implica una "elevada incertidumbre" sobre el tono final de la política fiscal, si bien prevé que el déficit público se vaya reduciendo en el periodo analizado.
Situación política en Cataluña
Además, destaca que esta mejora de las previsiones también se ha visto apoyada por una "cierta moderación" de las incertidumbres políticas ligadas a la situación en Cataluña; sin embargo afirma que no se puede descartar que tenga lugar un "recrudecimiento de las tensiones", que impactaría "negativamente" sobre la evolución de la actividad en su conjunto, pero de manera "más acusada" en la propia comunidad autónoma.
Crecimiento del empleo
Sobre la evolución del empleo, el Banco de España prevé un crecimiento del empleo muy cercano al aumento del PIB en el periodo analizado y, por tanto, una moderación de los elevados ritmos de crecimiento observados en el último trienio, con alzas del 2,7% este año, del 2% en 2019 y del 1,9% en 2020 (mejoras de entre cuatro y tres décimas), lo que permitirá que la tasa de paro se reduzca hasta el 15,1% este año, al 13,3% al año siguiente y el 11% al final del periodo analizado, "aún muy superior" a la tasa previa a la crisis.
En cuanto a la evolución del IPC, estima que este año crecerá un 1,2% de media, con una trayectoria influenciada por el componente energético, que experimentará un repunte en los próximos meses, hasta alcanzar un pico en verano, antes de volver a desacelerarse a finales de año. En los dos ejercicios posteriores, el IPC se aceleraría hasta el 1,4% y el 1,7%, respectivamente.