En la cuarta y última sesión de la vista oral los acusados han podido ejercer su derecho a la última palabra. La madre, visiblemente emocionada ha pedido que les dejen "ser padres". "Queremos a nuestra hija y lo mejor para ella", ha asegurado.
Además, ha mantenido que "existe alteración genética" en su hija, en concreto de "gen 22 Q 11", lo que, según ella, explicaría las hemorragias cerebral y retinianas y los hematomas que sufrió. Ha añadido que en el Hospital Donostia "solo examinaron 50 genes", cuando para que el estudio sea "completo", deben de analizarse "más de 20.000".
Por su parte, el fiscal, que pide siete años de cárcel para los acusados, ha afirmado que "no hay duda" de que la causa de la patología que presentó la bebé, "es el síndrome del niño zarandeado" con sus "síntomas característicos, edema cerebral, hemorragia subdural y hemorragias retinanas". Ha reconocido el fiscal que se trata de un caso difícil, cree que los padres están apenados, pero hubo delito ha incidido y tiene que haber castigo.
Por su parte la letrada de la defensa ha solicitado sentencia absolutoria para sus patrocinados al considerar que no hay "pruebas suficientes y lícitas para destruir la presunción de inocencia", ya que "no se ha demostrado que haya habido zarandeo, ni agarre" y, en caso de haber existido, "no se puede descartar que ocurriera sin haber estado los padres con ella", ya que estuvo "sola con personal sanitario en múltiples ocasiones

