El derbi del sur de Galicia en el que se enrentaban Ourense y Coruxo tuvo todos los ingredientes de un choque con intensidad y emociones fuertes, que comenzaron muy pronto, cuando Iker Alegre adelantó a los locales a los cinco minutos.
El entramado defensivo de los visitantes saltó por los aires cuando el gijonés de los rojillos sacudió un pelotazo que se coló por el medio de un gran número de jugadores para sorprender a Fernando y abrir el marcador electrónico.
Los hombres de Rafa Sáez no arrojaron la toalla y, aunque les costaba llegar a balón rodado, sí creaban peligro en la estrategia y en una de esas opciones, Pedro Vázquez forzó una pena máxima por derribo de Borja Valle, que transformó con solvencia Víctor Besada. Poco más de sí dio el partido en lo que quedaba de período inicial, por lo que a las áreas se refiere, aunque la pugna estaba abierta y, tras el intermedio, todavía tenía mucho que ofrecer.
De vuelta al terreno de juego de O Couto, notablemente mejorado tras la renovación de su césped, Gustavo Souto transformó una jugada que trenzaron Iker Alegre y Borja Valle, para poner de nuevo en franquicia a los ourensanistas.
Los visitantes intentaron modificar su dibujo y emplearse con mayor mordiente en sus líneas más avanzadas, pero al contrario, el Ourense fue el claro dominador de los últimos cuarenta y cinco minutos. Disparos de Álex y Moisés a la madera, oportunidades de Portela y el mismo autor del segundo gol fueron el aperitivo al broche de oro del partido, que protagonizó Álex. El todoterreno de los locales recibió de Iker Alegre, se deshizo con habilidad de Yago Yao y batió con un disparo muy ajustado a Fernando. El 3-1 dio rienda suelta a una fiesta que incluso pudo agitar Óscar Martínez poco antes de sonara el pitido inicial y se desatara la alegría de la afición volcada con su equipo.
