Salud

Los mejores remedios caseros de la abuela para la salud

Las abuelas han ido recogiendo de sus madres o de sus parientes más lejanos, algunas prácticas beneficiosas para la salud con elementos que están al alcance de la mano.

Óscar Gómez

Ourense | 08.09.2020 10:03 (Publicado 08.09.2020 10:02)

Remedios de la abuela
Remedios de la abuela | onda cero

Por supuesto que a día de hoy, la medicina ha evolucionado tanto que siempre que haya algún tipo de molestia hay que ir al médico o consultar a un especialista y seguir sus indicaciones, sus prescripciones médicas y tomar los medicamentos que nos receten, aún así, no está de más añadir a nuestra cura productos naturales o ciertos remedios de toda la vida.

1. Acidez o ardor de estómago

La acidez es causada por un exceso de secreción de ácido de la glándula gástrica, el que se usa para la digestión. Masticar un trozo de clavo en especia y tomarse un tiempo para tragarlo proporciona un alivio instantáneo. También hay muchos tipos de infusiones que siempre han ayudado a reducir la acidez, la más común, la manzanilla, pero también se puede hacer una infusión de hinojo, jengibre, congorosa o regaliz. Un plátano maduro, unos caquis o un par de dátiles también pueden brindar un alivio instantáneo. Y si no, el de toda la vida: ¡cucharadita de bicarbonato en agua!

2. Picaduras

No hay nada tan doloroso o molesto como una picadura de avispa o de abeja, especialmente frecuentes en estas fechas. Antiguamente se aplicaba un poco de jugo de tabaco mascado, algo que suena al lejano Oeste y que seguramente ahora sea bastante más difícil de encontrar que ir a la farmacia más cercana. Lo primero es sacar el aguijón, limpiar la zona con jabón y poner unos hielos durante unos minutos, después, cualquiera de estos productos aliviará el picor y calmará el dolor: barro, el mejor remedio si uno está fuera de casa, también mojar un algodón en vinagre de manzana, limón o aceite con perejil suele funcionar, al igual que hacer un emplaste de bicarbonato y agua y aplicarlo. Para las picaduras de insectos en general también va muy bien una cebolla o una patata cruda en rodajas. Si uno es alérgico o se empieza a encontrar mal hay que acudir inmediatamente al médico.

3. Dolor de espalda

Según pasan los años se trata de una de las molestias más habituales, más de un 85% de los mayores de 65 años tienen algún tipo de dolor de espalda. Una de las curas naturales más comunes es el ajo, para prevenir el dolor lo mejor es comer un par de dientes crudos cada mañana en ayunas, para evitar el mal olor de boca, lo mejor es partirlos en trozos y tragarlos. Si ya nos duele alguna zona habrá que preparar una mezcla friendo unos dientes de ajo en aceite de oliva, colar y dejar enfriar para después aplicarlo donde nos duela, después limpiar la zona con agua tibia, es conveniente hacer esto durante 15 días.

La infusión de salvia relaja el dolor y la de castaño de indias ayuda a fortalecer la espalda, para la inflamación un poco de corteza de saucecocida, tiene salicina, ¡como las aspirinas!. También mojar una toalla con una mezcla de romero y vinagre previamente hervido y aplicar en la zona dolorida ayuda mucho. Comer naranjas, limones, kiwis y fresas es muy recomendable, ya que tienen vitamina C con propiedades antioxidantes que reducen la inflamación y colágeno que fortalecen cartílagos y tendones.

Y por supuesto, para los expertos de thyssenkrupp Home Solutions el mejor remedio que existe es mantenerse activo para prevenir futuros dolores de espalda y especialmente, practicar pilates, yoga o natación.

4. Mareos

Un remedio muy utilizado es la lavanda, que pertenece a la familia de la menta es de origen mediterráneo y tiene propiedades aromáticas, decorativas y medicinales. En los viejos tiempos, se creía que la planta disipaba la melancolía y elevaba el estado de ánimo, pero hoy en día, la lavanda se usa principalmente para ayudar a aliviar los mareos, aunque también el estrés y la ansiedad, entre otros. Para el mareo lo mejor es oler unas gotitas de aceite de lavanda. Si aplicamos un poco en las muñecas disminuye el estrés, pero si queremos dormir como un bebé, lo mejor es un masaje con aceite de lavanda. Tomar una infusión de jengibre antes de emprender un viaje nos ayudará a no marearnos en él, y ¿en los barcos? Los marineros siempre tomaban manzanas verdes, e incluso hoy en día la tripulación las reparte entre los pasajeros.

5. Callos en los pies

Curiosamente se pueden ablandar los callos con regaliz. No, no con el dulce negro, sino con la raíz de regaliz. El regaliz contiene una sustancia química similar al estrógeno que es particularmente eficaz para suavizar los callos. Todo lo que necesita hacer es frotar el regaliz contra los callos, pero también se puede triturar algunas barras de regaliz y mezclarlas con vaselina para hacer una pasta y aplicarla sobre los callos. Otros remedios de la abuela son: bicarbonato sódico, haciendo una pasta con agua y aplicándolo durante 20 minutos, manzanilla templada en la que remojar el pie, frotar una cebolla directamente sobre el callo o un ajo machacado en aceite, también mezclar una parte de vinagre blanco con tres de agua y frotarla sobre los callos.

Eso sí, después de ablandarlos con cualquiera de estos métodos, hay que rasparlos con otro clásico, piedra pómez.

6. Orzuelos

Un orzuelo es la infección aguda de una glándula sebácea ubicada en el borde de los párpados. Esta vez el remedio no viene de la despensa, sino del joyero. Simplemente hay que frotar un anillo de oro entre nuestras palmas o dedos hasta que esté tibio y colocarlo en el orzuelo. El metal calentado ayudará a aliviar el dolor de la hinchazón. Y es que este remedio de la abuela tiene gran parte de verdad, ya que el tratamiento más común para los orzuelos es aplicar calor a la zona afectada, y el metal es un buen conductor del calor, eso sí, no solo el oro, la plata y el platino también funcionan, aunque siempre hay que asegurarse de tener las manos y el anillo bien limpios... También pueden utilizarse paños mojados en agua caliente y aplicarlos cada pocos minutos. El uso de antinflamatorios o antibióticos son menos frecuentes y siempre que el médico nos los recete. ¡Nunca hay que tratar de explotarlos como si fueran una espinilla o granito ya que la infección puede extenderse!

7. Pequeñas quemaduras

Nos hemos olvidado de aplicarnos el suficiente protector solar en la playa o piscina, al sacar una bandeja del horno nos hemos quemado los dedos, esa plancha que nos ha jugado una mala pasada, o incluso esa gotita de aceite que ha saltado de la sartén. Todos nosotros hemos sufrido alguna pequeña quemadura no tan importante como para acudir a un médico y cuyo remedio casero puede ayudar a su curación, pero hay que tener cuidado, ya que en este punto hay mucho remedio de la abuela que no ayuda, e incluso puede empeorar la herida creada, uno de estos falsos mitos y seguramente en el que todos nosotros pensamos según sufrimos una quemadura en casa es la pasta de dientes, no hay que utilizarla ya que, aunque calme al principio nos secará la zona afectada e incluso nos la podrá infectar, tampoco son útiles la mantequilla, el aceite, las claras de huevo o el hielo. Lo mejor es dejar correr el agua hasta que salga tibia y simplemente poner la quemadura bajo ella durante unos minutos y después cubrirla con un paño o compresa limpia y húmeda.

También puede ser recomendable aplicar un poco de miel sobre la quemadura o frotar suavemente un trocito de aloe vera, romper una hoja de esta planta puede ser suficiente.

8. Migraña y dolor de cabeza

Es causada por la contracción de los vasos sanguíneos de la cabeza y suele ser provocado por estrés, falta de sueño, ansiedad, consumo de nicotina y alcohol. La matricaria, que se puede preparar en infusión, por su acción antinflamatoria y antiespasmódica es la planta por excelencia para prevenir la migraña. También son buenas las de valeriana, jengibre o hierba de Santa María. Usar la menta como aceite esencial para darnos un masaje en las sienes calmará el dolor, aunque aplicar frío, bien en compresa, o una bolsita con unos cubitos de hielos es otro remedio de toda la vida que funciona muy bien. Y la práctica más ancestral de todas y una solución que no requiere productos, tan fácil como buscar una habitación oscura y acostarse, hay que recordar que ¡la exposición a la luz solar puede intensificar la migraña!.

9. Ojeras o bolsas bajo los ojos

El cansancio, la falta de sueño y es estrés suelen formar bolsas hinchadas bajo los ojos. La solución está en el té o la manzanilla, pero no bebiéndolo. Hay que coger un par de bolsitas de té negro o manzanilla y sumergirlas en agua caliente durante unos minutos, dejar que se enfríen y colocarlas sobre los ojos cerrados unos minutos. También funciona poner aloe vera, pepinos o patatas crudas sobre las ojeras.

10. Ataques de hipo

Para finalizar, ese movimiento leve pero molesto que provoca un ataque de hipo y para cuya “curación” probablemente haya tantos remedios como abuelas hay en el mundo... aquí algunos de ellos:

- Contener la respiración, para ello inhalaremos una buena cantidad de aire y lo retendremos unos 15 segundos para después expulsarlo lentamente.

- Respirar dentro de una bolsa de papel de manera lenta y profunda. Ojo, no hay que hacerlo en una bolsa de plástico.

- Hacer gárgaras con agua fría durante unos segundos.

- Tomar una cucharada de vinagre blanco.

- Apretar la nariz con los dedos mientras se beben pequeños sorbos de agua.

- Beber agua muy fría o chupar un hielo durante unos segundos.

- Sentarnos en una silla, acercar el pecho a los muslos y tratar de tocar el suelo con las manos.

- Tomar una cucharada de azúcar.

- Taparse los oídos con los dedos mientras se sorbe agua de un vaso con una pajita.

- Tumbarnos boca arriba y acercar nuestras rodillas hacia nuestro pecho.

- Morder un lápiz de manera horizontal entre los dientes y beber agua de un vaso con el lápiz en nuestra boca.

- Uno un pelín complicado, beber agua de un vaso, pero por el extremo contrario al que lo haríamos normalmente, esto nos obligará a doblarnos hacia delante mientras lo hacemos para no derramar el líquido... ¡mejor ensayarlo primero sin hipo!

- Distraerse. El hipo normalmente desaparece por sí mismo cuando dejamos de pensar en él, por lo que el mejor remedio suele ser concentrarnos en otra cosa, el famoso susto es precisamente eso, una distracción.