Venía el Deportivo de un mes de noviembre con matrícula de honor, con sus 15 puntos en cinco partidos, añadiendo las dos victorias en Copa en Castro Urdiales y en Sabadell.
Y si algo funciona, para qué cambiar. Esto es, contragolpear y aprovechar el momento para golpear con la velocidad y la pólvora de los Yeremay, Mario Soriano, Mella, Zakaria y últimamente Stoikov.
Pero el guión se quedó sin premio ante un Castellón que llegaba a A Coruña con la flecha hacia arriba. Yeremay abrió el marcador aprovechando el fallo de Alberto Giménez en la salida de balón, con el robo y pase correspondiente de Stoichkov. 1-0 al descanso y a esperar al fallo del rival o a la transición de los últimos partidos para sentenciar. Y la única transición la protagonizó Quagliata, frenada por Mellot.
El Deportivo le regaló el balón al Castellón y el equipo orellut empezó a golpear, coincidencias del fútbol, con dos jugadores recién ingresados en el campo. Primero con un golazo de Oué. Después, tras el claro aviso de Camara, con el cabezazo de Brignani y la sentencia con otro cabezazo de Cipenga.
Conclusión: primera derrota de la temporada en Riazor a la jornada 17 y adiós a una racha de 5+2 partidos ganados, que dan un aviso de realidad al riesgo de contragolpear a base de regalar el balón al rival y esperar su fallo.
El próximo domingo, toca otra vez partido en Riazor, contra la REal Sociedad B y tocará estar pendientes de si Hidalgo mantiene el plan del contragolpe o apuesta por dar más protagonismo a sus centrocampistas para evitar ser dominado por el filial txuriurdin.
