Hoy con Leleman venia pensando en... el premio que le dimos anoche a Carlos Soler en nuestra vigésimo primera edición de los Premios Onda Cero Valencia.
Creo que no hace falta explicar los argumentos del porqué del premio. Carlos Soler es un fenómeno dentro y fuera del terreno de juego. En el campo ya sabemos la clase de futbolista que es: ahí están sus éxitos. Con 23 años es capitán del Valencia, con 23 años es internacional absoluto con la selección española y marcando goles, con 23 años son muchos los equipos importantes de europa que les gustaría tenerlo en sus filas, con 23 años ya ha levantado una Copa del Rey y ganado una medalla de plata en unos Juegos Olímpicos en Tokyi, con 23 años… ay con 23 años tiene un futuro tan grande que da hasta vértigo pensar hasta donde puede llegar.
Pero fuera del campo Carlos Soler es especial. Es de esos futbolistas con la cabeza muy bien amueblada, centrado y humilde. Tal vez le venga de familia porque quienes conocemos a sus padres sabemos de la educación que le han dado. Ayer rebosaba felicidad recibiendo nuestro premio en compañía de ellos. Y es que Carlos es capaz de escuchar en Radio Marca de camino al estadio que el mítico Serreta no tiene entradas para un partido y llegar allí, buscarle y ofrecerle dos. Ese es Carlos Soler. El futbolista dispuesto siempre a echar una mano en el campo pero también fuera de él.
No sé que pasará con su renovación, si se quedará o se marchará. Yo muchas veces le he comparado por sus características en el campo con Steven Gerrard. El capitán del Liverpool nacido en Merseyside se convirtió en lo que allí llaman “one club man” y nunca quiso abandonar el club de sus amores pese a tener grandes ofertas. Estoy seguro que a Carlos le encantaría poder hacer eso. Él sabe que no hay nada mejor que ganar títulos con el equipo de tu vida, el equipo de los tuyos, el que te vio nacer y crecer. Lástima que ese equipo… esté en manos de quien está…