El sector pesquero de la provincia de Alicante y la Comunitat Valenciana, del que forman parten más de un treinta de embarcaciones de la flota pesquera con base en el puerto de Santa Pola, ha recibido con indignación, y mucha indignación, el acuerdo cerrado por los ministros de pesca de la Unión Europa (UE) para los Totales Admisibles de Capturas y cuotas para 2023, que es una decisión que, según se insiste desde el sector primario, es un "desastre" y una "ruina" para esa actividad en el mar Mediterráneo.
Ese acuerdo que se impone desde Bruselas conlleva una reducción del 7% en los días de pesca de arrastre ya el próximo año, lo que supone que además de los paros estipulados en la actualidad, de más de dos meses, cada barco tendrá que amarrar a puerto, sin poder salir a faenar, entre nueve y diez días más, tal y como ha explicado Miguel Soler, presidente de la Federación de Cofradías de Pescadores en la provincia de Alicante.
La medida afecta sobre todo a las embarcaciones de arrastre, de las que la flota pesquera de Santa Pola tiene más de treinta barcos.
En la provincia de Alicante, como ocurre en Santa Pola, el puerto de Villajoyosa también cuenta con una treintena de embarcaciones de pesca de arrastre.
