Cuenta la leyenda que hace más de cien años un grupo de buscadores de esponjas marinas encontró en la playa a los pies del Faro de Santa Pola, un misterioso paquete que contenía varios azulejos. Entre ellos había uno con una imagen de la Virgen del Rosario. Los buscadores de esponjas se lo llevaron al dueño de la finca colindante a la playa y este decidió levantar una pequeña capilla en el lugar exacto del hallazgo. Esa capilla se convirtió en la Ermita del Rosario.
Inés Serna Orts nos invita a descubrirla en la sección Tesoros del Vinalopó de esta semana, con la ayuda de Rita Lloret, presidenta de la organización de la romería que se celebra cada año en la villa marinera.
