El Villarreal se ha marchado de vacío en su visita al feudo del Celta con una contundente derrota por 3-0 que complica su carrera hacia la Champions.
Este resultado supone un frenazo en la racha que estaban teniendo los amarillos fuera de casa. El equipo de Marcelino llegaba a esta jornada como segundo mejor visitante y había ganado los dos últimos partidos que había disputado lejos de La Cerámica, en una segunda vuelta en la que solo había perdido un partido.
A partir del ecuador de competición había logrado cuatro victorias y un empate en seis visitas. Ahora tendrá que hacerse fuerte como local esta semana en el partido pendiente frente al Espanyol, que fue aplazado en su día por una alerta meteorológica y que se disputa en feudo amarillo el domingo a las 16:15 horas.