El dinero está estrechamente relacionado con la felicidad. Aunque ser muy rico tampoco garantiza una vida plena y feliz, sí que tener una cierta cantidad de ingresos ayuda a tener una vida más cómoda. Además, sabemos que aproximadamente el 50% de la felicidad es genética. Las personas más felices suelen tener un mayor volumen en la corteza prefrontal izquierda del cerebro, una región asociada con la planificación, la toma de decisiones y las emociones positivas.
La felicidad es contagiosa
Las personas altruistas son más felices. Estamos diseñados para sentir felicidad cuando ayudamos a los demás, y si es de manera anónima, más felicidad sentimos. Con todo, hay estudios que demuestran que tener amigos felices aumenta las probabilidades de que uno mismo sea feliz. Esta influencia puede extenderse hasta a tres grados de separación.
La buena salud intestinal aporta felicidad
La microbiota es un elemento clave en nuestra salud. Tenerla en orden y cuidada es esencial, porque se considera el segundo cerebro del cuerpo humano. Hay evidencias de que la salud intestinal y la microbiota influyen en la felicidad y la salud mental. Además, la felicidad también va con la edad. Las personas mayores acostumbran a tener menos dolores de cabeza y suelen gozar más de la vida.