NITS DE RÀDIO, AMB DAVID CERVELLÓ

Familias enlazadas: cómo gestionar las relaciones tras una separación

Integrar hijos y pareja puede convertirse en un desafío para las unidades familiares modernas

Un divorcio conlleva un duelo, pero también la oportunidad de volver a enamorarse

La tolerancia y la flexibilidad son claves para una coparentalidad exitosa

David Cervelló

Catalunya |

En la sociedad actual, las familias enlazadas son cada vez más comunes debido al aumento de divorcios a edades más tempranas y al incremento de las custodias compartidas. Estas familias, donde los hijos de relaciones anteriores se integran con nuevas parejas y posibles hermanastros, enfrentan retos únicos que requieren una gestión consciente. Rocío López de la Chica, autora del libro La familia enlazada. Cómo formar una familia tras una separación y divulgadora y cofundadora de Creada-Separaciones Conscientes, ha explicado en el programa Nits de Ràdio, de Onda Cero Catalunya, que “una familia enlazada es como hacer malabares con cinco, seis, siete o doce pelotas”, lo que demanda mayor atención y empatía para evitar conflictos.

El proceso de separación conlleva un duelo complejo, no solo por el fin de la relación de pareja, sino por la pérdida de un proyecto de vida y la reconfiguración de la parentalidad. “La vida para nuestros hijos que habíamos pensado no va a ser posible”, apunta López de la Chica. Sin embargo, la posibilidad de volver a enamorarse abre nuevas oportunidades, aunque implica desafíos, especialmente cuando hay hijos involucrados. La autora enfatiza que “el amor no es cierto que todo lo pueda; el amor todo lo puede si sabes cómo”.

Uno de los mayores retos en estas familias es la integración de los hijos, quienes pueden experimentar miedos y celos ante la llegada de nuevas figuras parentales o hermanastros. “Las criaturas son mucho más honestas a nivel emocional y expresan su malestar a través de su comportamiento”, destaca la autora. Por ello, es crucial atender sus necesidades emocionales y facilitar su adaptación para evitar tensiones que desgasten la relación de pareja.

La coparentalidad responsable es otro pilar fundamental. Aunque los progenitores separados no siempre compartan los mismos criterios educativos, respetar las normas de cada hogar es esencial. “Partimos de que somos buenas personas que lo hacemos mal por torpeza, no por maldad”, señala la experta, quien aboga por establecer límites comunes siempre que sea posible, pero sin intervenir en el otro hogar, salvo en casos de negligencia.

Las familias enlazadas también enfrentan el desafío de incorporar hijos comunes a la nueva pareja, lo que puede exacerbar sentimientos de rivalidad entre los menores. López de la Chica recomienda “potenciar tiempos de exclusividad” con cada hijo y reflexionar sobre el deseo de tener más hijos, evitando decisiones basadas en idealizaciones. “Tener un hijo con la idea de resarcir lo que la otra relación no pudo ser puede costar muy caro”, advierte.

La autora subraya también la importancia de la madurez emocional y la responsabilidad para construir un entorno familiar armónico. La diversidad de criterios entre hogares, lejos de ser un obstáculo, puede ser una oportunidad para que los hijos desarrollen flexibilidad y madurez emocional. “Esos contrastes son un beneficio siempre y cuando haya respeto y tolerancia”, concluye Rocío López de la Chica..