Somos un destino irrelevante en España en este tipo de turismo que trae a mucha gente en un corto espacio de tiempo. Unas pocas horas en el caso de Gijón, porque somos lo que se denomina una escala en tránsito. Los cruceristas llegan a primera hora de la mañana y se van por la tarde. Muchos de ellos ni siquiera pisan la ciudad porque se apuntan a excursiones a otros puntos como Lagos de Covadonga. Eso hace que según algunas estimaciones, como la que hace la Unión de Comerciantes, su impacto en la ciudad sea mínimo. Un referente como el Puerto de Barcelona, calcula que un crucerista en tránsito deja una media de 43 euros en la ciudad que visita. Hay que tener en cuenta que suelen ser viajes con todo incluido, lo que merma los posibles ingresos en la restauración local. Sin embargo, no existen estudios oficiales sobre la repercusión real en la ciudad.
Gijón lleva acogiendo cruceros desde 1999. Ha ido ganando visitantes, pero sin tener unas cifras que hagan temer un impacto negativo. Porque el crucerista, según algunos estudios nos cuenta Nacho, puede poner en riesgo la llegada del turista tradicional, que deja más dinero, o generar tensiones con los vecinos. Ayuda además que desembarquen lejos del centro de la ciudad. El Musel permite que se note menos su llegada. Y a estas cosas se suma el impacto ambiental, que no es bajo en este tipo de transporte.
Con esta mirada DESDE FUERA al mundo del crucerismo pone fin su colaboración con Más de Uno Gijón Nacho Zapico. Han sido tres temporadas en la que la sección ha ido evolucionando. Empezó aprovechando que Nacho vivía en Madrid para analizar las noticias locales desde la distancia. En este tiempo ha logrado dejar de ser una leyenda urbana y regresar a su casa, a Gijón. Desde ese momento hemos disfrutado de sus reflexiones sobre temas que tenían relación con la ciudad. Por todo este tiempo y estas mirada, damos las gracias a Nacho Zapico, que, por mucho que dijese el nombre de la sección, siempre le hemos considerado DESDE DENTRO del programa.