Las acusaciones dirigidas a la cúpula de la Policía Local por parte de un sindicato resultan preocupantes. Desde Forzapol no comparten la forma de entender el servicio al ciudadano y reclaman un modelo basado en la seguridad ciudadana y no en la recaudación a base de multas. Uno de los delegados de este sindicato, Jesús Carabias, habla de presiones, expedientes injustificados e, incluso, de vigilancia a agentes incómodos para los máximos responsables del Cuerpo.
Carabias pone ejemplos como el del Multacar, que recorre los entornos de los colegios para sancionar a los padres que dejan los coches mal aparcados unos minutos. Cree que la obligación del policía debería ser bajarse del coche y ayudar a esos padres y madres para facilitarles la entrada o salida de sus hijos. Pero, en cambio, los agentes que vuelven de patrullar con el Multacar con pocas sanciones son penalizados, poniéndoles otro tipo de servicio o buscando la forma de expedientarles, por no cumplir con el objetivo de multas.
El delegado sindical considera que se está dejando en un plano secundario la seguridad ciudadana. Asegura que hay altercados que podrían evitarse destinando recursos que están siendo denegados en muchas ocasiones, llegando a dejar sola durante una grave reyerta en la plaza del Justicia a una pareja de la Policía, o a indicar que no se acerque ninguna patrulla a una zona de Torrero en la que había un hombre armado, dejando indefensos a los vecinos que pudieran cruzarse con él.
