Como no podía ser de otra manera, aunque un poco más tarde de lo normal debido al aumento de pruebas en calendario, el Circuito Ricardo Tormo en Cheste acogerá la última cita del Mundial de MotoGP, con dos títulos ya decididos en manos de los pilotos españoles Pedro Acosta en Moto2 y Jaume Masiá en Moto3, lo que supone el título número 59 para el motociclismo español y el 25º piloto que lo consigue, quedando por resolver el plato fuerte de MotoGP entre Francesco Bagnaia y Jorge Martín.
Lo tiene complicado el piloto de San Sebastián de los Reyes, ya que por culpa de un neumático por debajo del rendimiento habitual solo pudo terminar décimo en la carrera del domingo, siendo una auténtica lástima porque el sábado fue capaz de ganar la carrera al sprint y quedarse a 7 puntos del actual Campeón del Mundo. Ahora el piloto español está a 21, por lo que no cabe duda que aparte de ganar las dos carreras, Bagnaia tendrá que pinchar en alguna de ellas o el título irá para el italiano, aunque siempre se ha dicho que hasta que no se cruza la bandera de cuadros y matemáticamente se proclama un piloto Campeón, todo puede pasar.
De lo que no cabe ninguna duda es que este fin de semana será de celebración para Pedro Acosta y Jaume Masiá, con el título en el bolsillo, y su único objetivo del fin de semana será disfrutar en sus últimas carreras en Moto2 y Moto3, para centrarse en los test con las motos del 2024. Acosta dará el salto a MotoGP de la mano de Gas Gas, pero no será el único foco de atención, ya que Marc Márquez se montará por primera vez en una Ducati, dejando Honda, su marca de toda la vida en la máxima categoría y será una gran incógnita lo rápido que Marc pueda ser con la marca italiana y, por otro lado, ver si las marcas japonesas logran ser más competitivas y acercarse al dominio de Ducati. Además, después de muchos años, Dunlop dejará de ser el suministrador oficial de neumáticos en Moto2 y Moto3 y el lunes 27 todas las motos montarán ya con los nuevos Pirelli.
No cabe duda de que el Circuito Ricardo Tormo será una auténtica fiesta, con las gradas llenas y con la buena organización de siempre, a la que hay que añadir una temperatura más que decente para la época del año y la belleza y gastronomía de una ciudad como Valencia. Sólo queda una cosa más ¡Todos a Cheste!
