El Espanyol firmó una victoria de oro puro contra el Getafe en el RCDE Stadium gracias a un gol de Joselu en el minuto 38, de penalti, que incrementa ostensiblemente las opciones de permanencia del conjunto catalán.
El cuadro azulón estrenaba entrenador, José Bordalás, y planteó un duelo emocionante y competido hasta el los últimos segundos. Sin embargo, el empuje de los periquitos, arropados por una entregada afición, fue mayor y los madrileños deberán seguir peleando para alejarse de los puestos de descenso.
Era una final y ambos equipos lo dejaron claro. El anfitrión, de la mano de Melamed, mandó los primeros avisos sobre la portería de David Soria en el primer cuarto de hora de partido. El Getafe, por su parte, dejó claras sus intenciones con un peligroso acercamiento de Portu que obligó a Pacheco a salir.
De todos modos, la iniciativa era local. Los periquitos disfrutaron de una doble ocasión de Braithwaite y Nico Melamed, tras un balón largo, que provocó el lucimiento del portero azulón. En la siguiente acción, Joselu mandó el balón al palo, pese a que la jugada estaba invalidada por juega de juego.
La réplica del Getafe fue inmediata: Mayoral ganó la espalda a su defensor y generó nervios sobre la línea de fondo. Era un duelo con ritmo y alternativas. Y también tensión. El Espanyol reclamó manos de Aleñá tras un remate y el colegiado señaló penalti: Joselu la mandó a la escuadra y puso el 1-0 en el minuto 38.
En la reanudación, la intensidad se mantuvo. El anfitrión buscaba ampliar la ventaja y los de Bordalás perseguían igualar el marcador. En el 53, Duarte inquietó a la zaga periquita con un remate arriesgado y Ünal, en el 60, intentó sorprender de libre directo al conjunto blanquiazul.
De forma paulatina, el Getafe parecía acomodarse al verde del RCDE Stadium, pero sin atenazar al Espanyol. Los de Luis García, menos revolucionados, seguían dando picotazos con Nico Melamed, uno de los nombres destacados del pulso, y Joselu. Hasta hubo un amago de gol, anulado de forma clara por falta.
Un intercambio de golpes vibrante que dejó episodios destacados, como un uno contra uno de Puado en el 89 o un cabezazo de Latasa en el descuento, hasta unos compases finales con seis minutos de añadido. El premio se lo llevó al Espanyol, que disfruta de un gigantesco balón de oxígeno.