La selección de Argentina sacó de Lima un empate 2-2 que le supo a amargo, pues del tercer lugar de la clasificación la ha bajado al quinto, que da derecho a una repesca para el Mundial de Rusia, por culpa de un penalti ejecutado por Christian Cueva a los 83 minutos que dio a Perú nuevo aliento.
Ante la ausencia obligada de Lionel Messi en un partido muy disputado y parejo los goles de Ramiro Funes Mori y Gonzalo Higuaín mantienen a la Albiceleste invicta de visitante. El empate deja a Argentina quinta con 16 puntos, a tres del líder Uruguay, mientras que Perú sube a la octava posición con 8.
Los argentinos extrañaron el desequilibrio que les proporciona a Messi y se encomendaron al talento de sus jugadores para ponerse en ventaja en dos ocasiones, pero Perú, con mucho pundonor, empató con goles de Paolo Guerrero y Christian Cueva, de penalti. Fiel a su estilo, Argentina quiso marcar la pauta del partido desde el primer minuto, pero Perú salió dispuesto a incomodar la elaboración de jugadas de su rival.
Partido muy movido
En esa tesitura la Albiceleste recurrió al balón parado y obtuvo más suerte, pues a los quince minutos de juego Funes Mori puso en ventaja a su equipo al aprovechar un balón sin dueño dentro del área peruana, tras un saque de córner.
Antes Agüero ya había advertido al equipo local con un tiro libre que atajó el arquero Pedro Gallese con una notable estirada. Perú no se amilanó con el gol visitante, avanzó líneas para presionar mejor la salida de balón y trató de enlazar más pases por medio de Cueva, omnipresente en el ataque de la Blanquirroja.
A pesar de la voluntad y esfuerzo desplegado, a los peruanos les costó entrar en el área contraria, pero no desistieron y lo siguieron intentando en la segunda parte, hasta encontrar a Guerrero, quien igualó el encuentro a los 58 minutos.
No Messi, no party
Guerrero apenas había tocado el balón dentro del área antes del gol, pero le bastó solo una jugada para ejecutar una definición de manual, con un control de pecho y un fuerte remate con su pie derecho frente a Romero. Los ingresos de los delanteros peruanos Luiz Da Silva y Raúl Ruidíaz dieron más desequilibrio al ataque del equipo dirigido por el argentino Ricardo Gareca.
Argentina, en cambio, practicaba un fútbol muy predecible, y a la expectativa de volver a inclinar el partido a su favor con una genialidad puntual de sus hombres de ataque, lo que llegó a doce minutos del final con un gol de Higuaín. Cuando los argentinos ya se veían vencedores del encuentro, Funes Mori cometió un penalti sobre Guerrero y Cueva fijó el empate que hizo justicia al esfuerzo realizado por los locales.