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Madrid | 05.02.2016 09:52
Carmen recuerda una fiesta de disfraces que hizo con su
familia y amigos en una casa de campo. Su padre, capitán de la Guardia Civil y
un compañero, teniente coronel, se disfrazaron de novia y Demis Roussos. “Llegó
una patrulla de la Guardia Civil a casa y, cuando los vieron disfrazados, se
cuadraron delante de ellos como si nada, sin mover ni un músculo” se ríe Carmen.
Lo que más le gusta a María es prepararse los trajes. “Con
imaginación y muy poquito dinero se pueden hacer disfraces” asegura María. Como
de Bob Esponja, Nube o, este año va vestida de mujer enjaulada.
Raúl se fue a los carnavales de Cádiz con su amigo
invidente. Se disfrazaron de Los Simpson y aprovecharon las gafas de su
compañero para hacer los ojos de Homer Simpson. “Partimos una pelota de
pingpong y se la pusimos en las gafas como si fueran los ojos redondos de Homer
Simpson” cuenta Raúl.
Las monjas del asilo se llevaron el segundo premio en los
carnavales de un pueblo de Badajoz explica Pepita. Aunque no recuerda de que
iban disfrazadas, se enorgullece de su carnaval porque “aquí participa todo el
mundo, médicos, ingenieros...”.