ENTREVISTA EN POR FIN NO ES LUNES

Catherine L'Ecuyer desmonta los mitos de educar con pantallas: "Los niños estrenan antes la realidad digital que la de verdad"

Doctora en Educación y Psicología, se pregunta si realmente es necesario que los niños más pequeños aprendan por primera vez a través de las nuevas tecnologías.

ondacero.es

Madrid | 09.04.2023 10:48

Catherine L'Ecuyer desmonta los mitos de educar con pantallas: "Los niños estrenan antes la realidad digital que la de verdad"

¿Es realmente necesario que los niños más pequeños aprendan por primera vez a través de las nuevas tecnologías? Catherine L'Ecuyer es Doctora en Educación y Psicología, y autora del libro 'Educar en el asombro' en el que defiende la educación como la de antes, sin necesidad de recurrir a las nuevas tecnologías. Porque no es que sean malas en sí, si no que no son necesarias cuando los niños son tan pequeños.

Catherine asegura en 'Por fin no es lunes' que se habla mucho del concepto de "nativo e inmigrante digital" y que realmente son conceptos que no tienen una base científica. "No está probado" que los nacidos a partir de 1984 aprenden mejor la tecnología. Lo que sí está probado es que los niños "estrenan antes la realidad digital que la realidad de verdad, la que se toca y se percibe con los cinco sentidos". Y prueba de ello es que una profesora hace tiempo le contó que cuando pidió a sus alumnos dibujar un conejo, sólo uno dibujó un conejo de verdad. El resto optó por crear a Bugs Bunny.

Desmontando los 'tecnomitos': no es verdad que cuanto antes tenga móvil, mejor

Uno de los conceptos de los que más habla son los 'tecnomitos', esas creencias que se siguen a pies juntillas, pero que en realidad son una "falacia". Por ejemplo, que cuanto antes y más tecnología introduzcamos en la vida de un niño pequeño, mejor porque así hará un uso responsable: "Esto es algo que ha cuajado mucho porque nos viene a través de unas campañas de márketing fantásticas, pero no tiene ningún tipo de sentido desde el punto de vista educativo. Es como decir 'vamos a enseñar a un niño la capacidad espacial perdiéndole en un centro comercial de 5.000 m2'".

Asegura que eso no quiere decir que haya que erradicar la tecnología: "Una cosa es tener un conocimiento de la realidad y bajar a la cueva digital unos minutos al día, y otra que estén enganchados el número de horas que dicen las estadísticas: entre 8 y 10. ¿Pero esto qué es?".

Otro de los 'tecnomitos' es la brecha social y el uso de la tecnología para eliminarla. Asegura que es un argumento inventado y que no está basado en ningún estudio: dice que si reducimos la brecha tecnológica, es decir, damos un dispositivo a cada niño, reduciremos la brecha social y económica porque daremos oportunidades de aprendizaje a los que vengan de familias en las que no hay tantas oportunidades.

"Primero los niños necesitan el contexto, las herramientas para filtrar y analizar; luego vendrán los dispositivos"

Esta idea "ha fundamentado" muchas políticas sociales y educativas a nivel mundial y ha sido un error. "Ahora nos hemos dado cuenta", afirma, "de que la brecha digital es una falacia, ya que ahora los estudios dicen lo contrario: si damos un dispositivo a las familias que no tienen oportunidades, en realidad, estamos agrandando esa brecha porque esos niños no tienen en casa conversaciones, libros, contexto, ayuda personalizada y eso hace más difícil un uso responsable de la tecnología".

"No es lo mismo información que conocimiento", afirma. El problema de las fake news "no se resuelve" dando "cursillos" sobre competencias digitales, sino con "educación profunda, clásica, con la que el niño tiene un conocimiento previo y es capaz de reconocer que eso no tiene sentido".

Porque a un adulto se le presupone cierta capacidad de filtrar información, pero eso no sucede en los niños. Por eso, defiende que primero hay que darles las herramientas para resolverlo y luego ya vendrán los dispositivos: "Como los niños no disponen aún de ese contexto, no conviene que estén con dispositivos", explica. ¿Y qué sucede con los padres? "Que nos frustramos y desanimamos porque lo hemos intentado y no lo hemos conseguido, que hagan un uso responsable, pero ese es el problema: que es imposible de conseguir. Un niño pequeño no puede y esa es la razón por la que no tiene sentido que estén en redes sociales ni que tengan un dispositivo propio. Lo tendrán, pero cuando toque".