Los españoles debemos afrontar la semana con el ánimo que tenemos, somos bastante conscientes de lo que viene, ahora daré unos datos. Justo después de tres pequeñas pinceladas.
Hablaremos del tiempo porque hasta el miércoles compartiremos calores que no son normales. Se hablará de Jerson, la ciudad que quieren retomar los ucranianos.
Y la actualidad seguirá con la crisis judicial, importante porque es la crisis más grave que ha vivido la arquitectura constitucional desde el procés. Pero que nos parece lejana porque la vida aprieta.
Habrá nuevas medidas del gobierno, sopa de letras de millones y millones que nos tienen confundidos y que no evitan la impresión de que estamos desasistidos. Estamos más pendientes de los números que podemos comprender y que tenemos que gestionar. Las cuentas que nos preocupan, que nos inquietan porque el ánimo de nuestra sociedad está muy marcado por el realismo.
Voy con unos datos que lo demuestran: sólo el 12% de los españoles considera que podrá ahorrar más el año que viene, sólo 2 de cada 10 creen la situación económica de su hogar será mejor dentro de seis meses. Y sólo 20 de cada 100 piensan que la inflación bajará el año que viene por debajo del 10,5% que es una barbaridad.
El juicio de la sociedad española es realista porque esta inflación es pegajosa, va a tardar en bajar. Y también porque los países productores de petróleo están recortando la producción, subiendo la gasolina. Así que más combustible para la inflación. Y los tipos de interés, que van a seguir subiendo.
Lo más importante de esta semana que terminamos no es lo del desfile, es que la inflación en Estados Unidos sigue fuerte y van a seguir subiendo los tipos de interés allí. También aquí, desde luego que van a subir. Lo dice cualquier experto.
Y lo tremendo, lo llamativo, a pesar del ruido que hay en los medios, de la confrontación partidaria y de la propaganda del gobierno, es que los españoles tienen asumido interiorizado que los tipos de interés subirán, no ya a corto plazo, también durante todo el año que viene.
Sólo el 3% de nuestros compatriotas creen que bajarán. Más del 72% dan por hecho que seguirán subiendo durante 2023. Cifras tan altas como estas en la opinión pública nos dicen que la mezcla de miedo, fatiga social y prudencia con el gasto que hay en nuestra sociedad se traducirá en las decisiones de voto de 2023, pero sobre todo afectará al consumo interno.
Y eso no es bueno para la situación del país.