Buenos días, para unos viene de un verbo francés, para otros de cómo en las minas de Bizkaia se celebraba el hallazgo del hierro premium y para muchos fue la cupletista Marietina la que popularizó un cuplé picantón a principios del XX llamado ‘El Alirón’. Sea como fuere… Anoche se consiguió poder entonarlo en la parte perica de la ciudad Barcelona. Todo de un color azulgrana rutilante e intenso a falta de 2 jornadas.
La Liga es etiquetada como el torneo de la regularidad por sus 38 capítulos seriados. Se suman goles, triunfos y puntos, es una obviedad, pero detrás hay muchos esfuerzos y detalles que hacen de cada entorchado algo único y especial. Esta 28 del Barça viene avalada por un entrenador con pedigrí y una plantilla talentosa, joven y con poca vitrina. La famosa teoría del hambre y su némesis de la tripa llena.
La Masía es una industria engrasada que fabrica jugadores de plantilla que suelen ser corales y solistas sí así lo requiere la coyuntura. Con un sentimiento de pertenencia que es tan raro que se dé hoy día, como lo de encontrarse a un técnico en sistemas energéticos al que se le entienda.
El club vive una rutina de tranquilidad tras los Negreira, las palancas, los Tebas y demás artillería, aunque en este verano tendremos que ver otra vez como se las arreglan para que las casillas del Excel no se tiñan de rojo. Si la pelota entra y no es díscola, todo lo demás pierde importancia. Por eso hoy, tras las Canaletas de anoche, la zamarra se luce con orgullo y nada de lo que te digan los enemigos te hace mella.
Ahora turno para la rúa por las calles, para los jugadores con las gafas de sol portando los vasos opacos en una mano y en la otra el móvil con directo de insta, para Laporta encumbrando cualquier momento álgido de la celebración en un papel que borda y para todos los culers. Merecido el premio.
¡Felicitats al Campió!