LÍDER DE PODEMOS

Rubén Amón indulta a Pablo Iglesias: "El sistema lo ha cambiado, quiere un cargo, un coche oficial y una cartera"

Procedemos al indulto de Pablo Iglesiasaunque no tengan perdón de Dios las argucias de las que se está sirviendo para encubrir el fracaso electoral de Unidas Podemos.

Rubén Amón

Madrid | 09.05.2019 09:52 (Publicado 09.05.2019 06:00)

Iglesias ha perdido 30 diputados y dos millones de votos, pero finge un papel decisivo en la estabilidad del Gobierno. Y quiere colarse dentro de él para buscar amparo en los faldones de la victoria socialista.

Es la distancia que va del sorpasso al fracaso. Iglesias amenazaba con decapitar a Sánchez y ahora pugna por convertirse en su escudero. Limosnea. Reclama un ministerio.

Así de lejos ha llegado la revolución. Iglesias iba a cambiar el sistema. Y el sistema lo ha cambiado a él. Lo ha convertido en un burócrata de la casta. Quiere un cargo, un coche oficial, una cartera.

Y no parece percatarse de la frialdad con que Sánchez ha decidido maltratarlo. Es verdad que Iglesias puede frustrar la investidura, pero cuesta trabajo pensar que llevaría tan lejos su chantaje.

Porque no tiene fuerza para consumarlo. Y porque cuando dice que la entrada de Podemos haría de la izquierda un gobierno estable, ignora Iglesias que él mismo es la inestabilidad.

Él mismo y su visión de las cosas. Lo demuestra el eterno retorono a la pasión venezolana. Dice Iglesias que Guaidó es el golpista. Pero es Sánchez quien lo ha reconocido como presidente y quien ha habilitado el domicilio del embajador para precipitar la caída del camarada Maduro.

Camarada de Iglesias, se entiende. El ejemplo demuestra que Iglesias sería un socio incendiario. Incendiario y débil, otra cuestión es que la indulgencia de los cuadros de Podemos, si los hubiera, y la sumisión al líder, hayan neutralizado el debate de la sucesión al gran jefe.

Porque estas elecciones tienen dos grandes perdedores. Y curiosamente los dos se llaman Pablo.