OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Operación cambiazo"

Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre los sucesos del pasado miércoles: el día uno de elección del Papa en el cónclave, el cual seguirá su curso, y la comparecencia de Pedro Sánchez.

Carlos Alsina

Madrid |

Se hizo de rogar. Mucho. La primera de las humaredas —en idioma vaticano, fumata— no se dejó ver hasta las nueve de la noche de ayer. Estábamos en directo en La Brújula cuando brotó la negrura de la modesta chimenea de la nada modesta Capilla Sixtina. Se hizo de rogar porque era esperada en torno a las siete de la tarde y llegó dos horas más tarde. Negra como un tizón. Anunciando al mundo que no hay cardenal alguno que sea visto como perfecto para papa por, al menos, ochenta y nueve de los suyos.

Negra como un tizón. Anunciando al mundo que no hay cardenal alguno que sea visto como perfecto para papa por, al menos, ochenta y nueve de los suyos

O enfocado de forma más generosa, que hay tantos cardenales con méritos para ser Papa que ha estado la votación primera, como la lotería, muy repartida. Nada que no estuviera en las previsiones salvo la tardanza. Tres horas y cuarto habían transcurrido desde el comienzo del encierro.

O enfocado de forma más generosa, que hay tantos cardenales con méritos para ser Papa que ha estado la votación primera, como la lotería, muy repartida

La nueva vida —temporal— de los cardenales consiste, desde hoy, en levantarse a las seis de la mañana (sus eminencias, ya en pie). Desayunar a las seis y media. Escuchar misa a las ocho y cuarto. Ingresar a las nueve en la Sixtina y rellenar papeletas hasta que alguno de los ciento treinta y tres alcance los ochenta nueve votos.

La nueva vida —temporal— de los cardenales consiste en levantarse a las seis de la mañana (sus eminencias, ya en pie). Desayunar a las seis y media. Escuchar misa a las ocho y cuarto. Ingresar a las nueve en la Sixtina y rellenar papeletas

A las especulaciones que desde hace dos semanas se producen sobre favoritos, descartables o tapados, se añaden esta mañana en la prensa de aquí las especulaciones sobre qué sucedió anoche. Cuántos votos recibió Parolin, cuántos Tagle, cuantos los otros. Quién sobrevive como papable y quien se va olvidando. Qué otros nombres surgirán ahora para intentar reconducir los votos dispersos. Si votan o no votan lo mismo todos los cardenales de Asia, o todos los latinoamericanos.

Les contamos ayer, en la transmisión del inicio del cónclave, en tiempo de Cantizano, que ya hemos escuchado la voz del nuevo Papa. Sólo falta saber cuál de las 133 que escuchamos va a ser. Si el nuevo Papa sonará como Parolin o como el filipino que no es Tagle, o sea, el cardenal David, o sonará como Pizzaballa, el de Jerusalén, o como López Romero, el español de Rabat.

Sólo falta saber cuál de las 133 que escuchamos va a ser. Si el nuevo Papa sonará como Parolin o como el filipino que no es Tagle, o sea, el cardenal David, o sonará como Pizzaballa, el de Jerusalén, o como López Romero, el español de Rabat

Aún no sabemos. Y viendo cómo fue el reloj ayer, si les vuelve a llevar tres horas completar una votación, las dos de la mañana retrasarían la fumata de esta mañana hasta las dos o las tres de la tarde. Y la de la tarde, a las nueve o las diez de la noche. Salvo que superado el estreno, ayer, ganen los cardenales destreza y sean capaces de despachar los escrutinios con más premura.

La comparecencia de Sánchez

Al presidente le salió regular su operación cambiazo. Convertir el debate sobre su plan de rearme en el debate sobre los planes de los demás. Convertir la rendición de cuentas pendiente por el colapso del sistema eléctrico en una filípica contra las nucleares, el lobby y los ultrarricos que presiden las eléctricas. Todo tan de brocha gorda, tan de pancarta años noventa, tan de generar gresca con la coartada de capear la gresca ajena que, una vez más, el presidente demostró lo bien que se da denigrar a los demás, y exigir explicaciones a los demás, y lo mal que encaja que lo censuren a él y le exijan explicaciones a él.

Una vez más, el presidente demostró lo bien que se da denigrar a los demás, y exigir explicaciones a los demás, y lo mal que encaja que lo censuren a él y le exijan explicaciones a él

La operación cambiazo no coló. El gobierno sigue sin dar respuestas sobre el apagón de hace dos lunes y sobre la interrupción de la alta velocidad entre Andalucía y Madrid hace uno. El gobierno sigue sin resolver su profunda contradicción interna entre conversos a la fe del gasto militar —el presidente, el primero— y alérgicos a comprar balas, modernizar blindados y permanecer en la OTAN. El gobierno sigue sin contar con el Parlamento para el giro que, por su cuenta y riesgo, ha decidido el presidente encomendándose (como siempre) a sí mismo y no ya sin consulta pública, sin consulta ni siquiera privada puertas adentro del Consejo de Ministros.

La operación cambiazo no coló. El gobierno sigue sin dar respuestas sobre el apagón de hace dos lunes y sobre la interrupción de la alta velocidad entre Andalucía y Madrid hace uno

Y el gobierno sigue sin presentar a las Cortes el proyecto de Presupuestos a que está obligado, siete meses después de la fecha establecida por ley e incumpliendo un mandato constitucional que Sánchez ha elegido ignorar confiado en que el personal se lo deje pasar, lo olvide y nunca más se lo reproche. El personaje que ayer se adjudicó a sí mismo el presidente, de exaltador de este hecho diferencial recién descubierto a la sociedad española. Resulta que pocos países habrían reaccionado a la caída de la luz y los teléfonos como hizo el nuestro.

El personaje que ayer se adjudicó a sí mismo el presidente, de exaltador de este hecho diferencial recién descubierto a la sociedad española. Resulta que pocos países habrían reaccionado a la caída de la luz y los teléfonos como hizo el nuestro

¿Ah, sí? ¿Algún dato objetivo para afirmarlo? ¿Tiene muchos países con los que comparar? ¿Cuántas naciones de la Unión Europea se han quedado sin luz y sin teléfono por completo —no una parte de la nación, sino toda ella— en los últimos siete años? Este empeño en pretender que apagones como el nuestro son relativamente corrientes en los demás países pero que nosotros reaccionamos mejor que ellos, ¿es fruto de algún análisis comparado, de un españolismo de peineta, de una encuesta de Tezanos?

Este empeño en pretender que apagones como el nuestro son corrientes, pero que nosotros reaccionamos mejor que ellos, ¿es fruto de algún análisis de un españolismo de peineta, de una encuesta de Tezanos?

Lo extraordinario, para mal, es que colapse el sistema eléctrico y el gobierno y su delegada en Red Eléctrica, ex ministra Corredor, sin alcanzar a explicar aún lo que pasó presuman de que no volverá a suceder. Lo extraordinario es que, a falta de respuestas, un presidente de gobierno cubra el vacío con un mítin. No es un hito agradable, hay que entenderlo. Pero ni todos los países europeos se quedan sin electricidad de vez en cuando, ni las demás sociedades son menos responsables que la nuestra, ni compararse con las ficciones apocalípticas de Netflix sirve para otra cosa que para gustarse uno mucho a sí mismo.

Lo extraordinario es que, a falta de respuestas, un presidente de gobierno cubra el vacío con un mítin. No es un hito agradable, hay que entenderlo

No es un hito agradable, hay que entenderlo. Pero ha sido gobernando Sánchez cuando, por vez primera en España, el sistema eléctrico ha colapsado. Y ha sido gobernando él cuando se ha disparado la inversión en Defensa sin pasar por el Parlamento y con los Presupuestos que hace tres años aprobó un Parlamento distinto estirados y vueltos a estirar porque no hay mayoría parlamentaria para aprobar unos nuevos.