Siete años y un día. No es una condena. Es el tiempo que lleva Pedro Sánchez Pérez-Castejón investido presidente. Tal día como hoy, 2018, prometió el cargo, veinticuatro horas después de prosperar la moción de censura.
Guardar y hacer guardar la Constitución. El artículo 134 lleva saltándoselo impunemente desde hace dos años —hurta al Parlamento el obligado proyecto de Presupuestos del Estado—, pero bueno. Una de las cosas que hemos aprendido en estos siete años es que todas aquellas normas que al gobierno le estorban las despacha diciendo que son interpretables y a otra cosa, mariposa, es decir, a seguir incumpliéndolas. Y que puede proclamar, categóricamente, que una misma cosa es constitucional o inconstitucional según el momento (y el interés). Ejemplo: la ley de amnistía, hito fundacional de esta legislatura que va llegando a su ecuador.
Una de las cosas que hemos aprendido en estos siete años es que todas aquellas normas que al gobierno le estorban las despacha diciendo que son interpretables y a otra cosa, mariposa, es decir, a seguir incumpliéndolas
Y sobre la que el Constitucional se pronunciará en breve. Por alguna razón, no me preguntes cuál, todo el mundo da por hecho que la declarará constitucional. Cosa distinta es qué pasa con la malversación que aún sigue pendiente para Puigdemont. La amnistía que el presidente, y su partido, sacaron adelante a sabiendas de que la mayoría social no la apoyaba y rehuyendo, por ello, la consulta popular.
Siete años y un día. A la oposición se le ha hecho largo, salta a la vista; al PSOE se le ha hecho montaña rusa: del efecto Sánchez que dio impulso a los presidentes autonómicos para revalidar sus gobiernos en 2019, al efecto Sánchez que les hizo perder casi todo el poder territorial en 2023; del Sánchez enfrentado al aparato que hacía bandera de la legítima disidencia, al Sánchez que controla todos los resortes del partido y pasa factura a quien disiente.
Siete años y un día. A la oposición se le ha hecho largo, salta a la vista; al PSOE se le ha hecho montaña rusa
Siete años y un día después, el gobierno se declara responsable, y lo celebra, de las cosas positivas: el PIB interanual, la creación de empleo, el ingreso mínimo vital, la ley de eutanasia. Las cuestiones negativas —los precios, la vivienda, el apagón, los escándalos— son todas culpa de la gran conjura. La gran conspiración de las derechas, los jueces, los medios, los pseudo-medios y ahora también, la UCO. El capitán Bonilla, contrafigura en la que ha encontrado el gobierno (o una parte del gobierno, que hay ministros que tampoco están en esto) el personaje con el que contraprogramar a Leire Díaz Castro, ay fontanera.
El capitán Bonilla, contrafigura en la que ha encontrado el gobierno (o una parte del gobierno, que hay ministros que tampoco están en esto) el personaje con el que contraprogramar a Leire Díaz Castro, ay fontanera
El capitán Bonilla que trabajó en la UCO y, en conversación con un confidente de la Guardia Civil manifestaba su animadversión a la izquierda en general y a Sánchez, en particular. La sinopsis (delirante) del asunto es ésta: como había un capitán que a un confidente le soltaba sapos y culebras sobre el gobierno, ya está, qué más pruebas hacen falta de que las investigaciones de la UCO están amañadas para llevarse por delante, koldos mediante, al pobre Pedro. Nada muy novedoso, en realidad. Francisco Granados ya tachaba de falsos los informes de la UCO cuando le encontraron un millón de euros en el altillo de sus suegros. Zoido, siendo ministro (del PP, claro) ya arremetió contra un informe de la UCO en el caso Púnica, por cierto, filtrado a la prensa. Y por cierto, se comprometió el ministro a investigar quién había sido.
La sinopsis es ésta: como había un capitán que a un confidente le soltaba sapos y culebras sobre el gobierno, ya está, qué más pruebas hacen falta de que las investigaciones de la UCO están amañadas para llevarse por delante, koldos mediante, al pobre Pedro
Nada novedoso, pero esto es lo de ahora. El salmo responsorial de la UCO patriótica que entona con disciplina religiosa la parroquia propia. La UCO que, desde las entrañas mismas del sistema, conspira contra el gobierno acosado y desvalido. Es decir, que al cabo de siete años gobernando el país, gobernando el ministerio del Interior, gobernando la policía nacional y gobernando la Guardia Civil, resultaría que la UCO es una unidad subversiva a la que el ministro Marlaska no ha embridado. Leo este pasaje del diario La Vanguardia de ayer, que el ministro seguro que ya conoce: "El PSOE rodea a Marlaska ocupándole puestos clave en Interior. Ferraz considera que Interior es un ministerio descontrolado. El ministro está cada vez más solo. Y nadie de su plena confianza le acompañará en el tiempo que le quede a su aventura política".
Al cabo de siete años gobernando el país, gobernando el ministerio del Interior, gobernando la policía nacional y gobernando la Guardia Civil, resultaría que la UCO es una unidad subversiva a la que el ministro Marlaska no ha embridado
Añado esto otro del mismo periódico: "Entre los agentes de la UCO impera la idea de que existe una campaña de desprestigio orquestada por Ferraz o la Moncloa". Ferraz o la Moncloa, tanto da (esto ya lo digo yo), si el que manda en ambos sitios es el mismo. Perciben que hay una campaña de desprestigio, por qué será.
La vida está llena de casualidades. Y aquí tenemos una. La supuesta campaña —u operación de fontanería— no existe, según el gobierno. Habrá que concederle el beneficio de la duda. No existiendo campaña, han aflorado los guasaps del capitán Bonilla, año 2021, cuando era agente de la UCO, en los que habla con un confidente en términos poco gubernamentales, digamos. Nadie dice que los haya filtrado el gobierno, sólo faltaba, el gobierno que tiene dicho lo extraordinariamente grave y delictivo que le parece difundir guasaps privados del presidente (se entiende que le parecerá también grave que se difundan guasaps de un investigador de la Guardia Civil, aunque no lo haya dicho).
No existiendo campaña, han aflorado los guasaps del capitán Bonilla, año 2021, cuando era agente de la UCO, en los que habla con un confidente en términos poco gubernamentales, digamos
Seguro que no es el gobierno quien filtra esto, pero sí han sido tres ministros, tres, quienes se han tirado de cabeza a agarrar los guasaps y presentarlos como prueba de que en la UCO había un garbanzo negro, ahora contratado por Díaz Ayuso: la Vicepresidenta primera para la oposición andaluza, señora Montero; el Ministro para la oposición a Ayuso, señor López y la Ministra portavoz para la oposición aragonesa, señora Alegría.
Sí han sido tres ministros, tres, quienes se han tirado de cabeza a agarrar los guasaps y presentarlos como prueba de que en la UCO había un garbanzo negro, ahora contratado por Díaz Ayuso
Pues justo eso es lo que no es, una realidad. Se tiraron de cabeza y se la han abierto, porque les habían pasado la crónica de El Plural que atribuía al agente el deseo de ponerle a Sánchez una bomba lapa y resultó que la conversación estaba mutilada y que lo que, en realidad, decía es que temía que la bomba se la pusieran a él. De manera figurada y, en mi opinión, en tono de broma. En ninguna cabeza cabe que ni el gobierno ni el PSOE vayan a ponerle una bomba lapa a un guardia civil por destapar el caso de los koldos. Pero en la cabeza de tres ministros sí cabe, al parecer, que el guardia civil vaya a ponerle una bomba lapa a Sánchez. A ver cómo sigue hoy la broma.
En ninguna cabeza cabe que ni el gobierno ni el PSOE vayan a ponerle una bomba lapa a un guardia civil por destapar el caso de los koldos
El ministro López proclama que no puede ser que un cargo que cobra de la Comunidad de Madrid fantasee con poner una bomba al presidente. En rigor, cuando fantaseaba de quien cobraba era del gobierno central, como sabrá el ministro, especializado en distorsiones. Claro, que tres ministros señalen a un agente de la UCO como peligro público en 2021 no le habrá resultado grato a Grande Marlaska, quiero pensar. Después de todo, están diciendo que un capitán de la Guardia Civil escribía amenazas de muerte al presidente sin que el ministro del Interior se enterara. Qué amables estos colegas de gabinete, señor ministro.
Después de todo, están diciendo que un capitán de la Guardia Civil escribía amenazas de muerte al presidente sin que el ministro del Interior se enterara. Qué amables estos colegas de gabinete, señor ministro
La conversación del capitán Bonilla con su confidente, ¿era privada, o era una conversación profesional entre el agente y el informante? Porque si es lo segundo, el gobierno ordenará de inmediato una investigación interna, supongo, sobre cómo ha podido filtrarse el modo de trabajo reservado de una unidad policial.
Podría suceder, en efecto, que el capitán Bonilla sea más de derechas que un volante inglés, o que odie íntimamente al gobierno —como sugiere la parroquia gubernamental—, pero eso no diría nada ni a favor ni en contra de la calidad de sus investigaciones y sus informes. También hay fiscales que detestan a la derecha y no por eso puede imputárseles que hagan su trabajo mal. También Garzón era más de izquierdas que un volante español y eso no significa que no existiera la Gurtel. Eso, y que Bonilla, por muy capitán que fuera, no parece que lo decidiera él todo en la UCO, ¿verdad? La UCO tiene mandos, superiores, supervisores. Y al final son los jueces los que valoran los indicios que aparecen en sus informes.
También Garzón era más de izquierdas que un volante español y eso no significa que no existiera la Gurtel
Pero bueno, Bonilla como coartada para poner bajo sospecha todas las investigaciones. Mientras el gobierno, o Ferraz, o quien sea, contraprograma, volvamos a las preguntas que siguen vivas tantos días después. Algunas de ellas:
- Cómo va el expediente informativo abierto en Ferraz sobre el desempeño periodístico de Leire Díez Castro y que le fue comunicado, según dijo ella misma, de manera muy cariñosa. ¿Han encontrado ya tiempo para preguntarle a Díez Castro si compatibilizó su cargo de directora de relaciones institucionales de Correos con esta indagación periodística de la mano de Pérez Dolset, empresario investigado por fraude?
- ¿Puso Leire, directiva de empresa pública, todo lo que fue averiguando sobre la UCO en conocimiento del ministro del Interior, que es de quien depende orgánicamente esta unidad? ¿Se ocupó de presentarle los indicios para que Marlaska investigara internamente o se reservaba el material para otros fines?
- ¿Le ha preguntado ya el PSOE a Leire si se personó en la redacción de El Español para ofrecerle a Pedro J. un vídeo sexual con el que arruinarle la vida a un fiscal anticorrupción (qué ojo)? ¿Cómo de grave le parece al PSOE la utilización de un vídeo sexual para neutralizar a una persona incómoda, grave de toda gravedad o como al PSOE de 1997, cuando al abogado Menéndez y Goñi Tirapu?
- Qué fue de la denuncia que iba a presentar el gobierno para que se investigara quién filtró los guasaps del presidente a Ábalos. ¿Ya no hace fata investigar porque sabe de dónde salieron y no fue precisamente de la UCO? Si al presidente Sánchez le sigue pareciendo un delito la publicación de esos guasaps, ¿por qué no ha hecho nada para que ese delito se persiga?
- ¿Y qué fue del chantaje que uno de los koldos, quizá Koldo mismo, le hizo al gobierno bajo amenaza de difundir grabaciones comprometedoras? Por qué el gobierno nunca ha informado de este episodio, desvelado por El País bajo la fórmula responsables del PSOE rechazaron el chantaje que se intentó de manera indirecta. Qué manera indirecta fue ésa.
Siete años y un día. Esperemos que no haya que esperar tanto tiempo para que el partido de Leire ofrezca las respuestas pendientes sobre Leire.
Esperemos que no haya que esperar tanto tiempo para que el partido de Leire ofrezca las respuestas pendientes sobre Leire
