Como en francés “ya visto” se dice “dèjá-vu”, que suena muy bonito, la expresión tuvo más fortuna que “paramnesia”, que es el nombre, más feo, que le dieron los médicos. Uno de ellos, el doctor Al Wigan de Londres, llevaba años dándole vueltas a la experiencia que había tenido en el entierro de la princesa Carlota, la hija del príncipe de Gales que murió al dar a luz un niño también muerto. Cuando el ataúd estaba siendo descendido a la fosa sintió que ese momento él ya lo había vivido. “No fue una impresión”, contó a sus colegas, “fue una convicción”.
Del mismo modo que el niño de “El sexto sentido” en ocasiones ve muertos, nosotros, en ocasiones, vemos cosas que creemos haber visto ya antes, aunque seamos primerizos. Nuestra memoria, como las aplicaciones del móvil, nos da fallos y nos hace creer que algo novedoso no es más que la repetición de una jugada.
Hoy, por ejemplo, te asomas a los informativos de la radio y la televisión, navegas por los diarios digitales, y tu memoria juguetona te lleva de dèjá-vu en dèjá-vu. Como si todo esto de hoy ya lo hubieras vivido. “El mejor Ronaldo contra el coloso Messi”, dice uno de los títulos, “todo sobre el Real Madrid-Barcelona”, prometen los diarios. Hace tiempo que al clásico dejaron de llamarlo “el partido del siglo” porque no es posible que un siglo se repita seis veces cada año. “Un Madrid-Barça distinto a todos”, anuncia un sitio web voluntarioso. Hoy cabe poca duda de que el partido (de copa) interesa más que los partidos (políticos).
Por un día las noticias sobre la Copa del Rey eclipsan a las noticias sobre la familia del Rey. Y eso que hoy fue (aún es) el cumpleaños del paciente heredero de la Corona -al que le habrán obsequiado con folletos y folletos de paquetes turísticos, en Fitur-; y eso que hoy publicó de nuevo José Castro, juez látigo del caso Urdangarín con cierta tendencia a la prosa sarcástica que le ha impuesto los ocho millones de euros de fianza que pidió la fiscalía al duque y a su valido, Diego Torres, en previsión de que pudieran ser condenados, en su momento, a devolver cuanto dinero reunieron a base de contratos públicos y adjudicaciones presuntamente irregulares.
Como si fuera un dèjá-vu, el mismo juez que hace tres años impuso a Matas una fianza millonaria en un auto sonado en el que despellejaba al imputado con afirmaciones como “ha venido aquí a burlarse de los simples mortales” o “emplea expresiones que rayan en la divinidad”, firma hoy este otro auto en el que anticipa los argumentos que empleará, salvo sorpresa, para el procesamiento: “Urdangarín promovió el desvío de dinero público en su beneficio”, sostiene, “pero creó Noos para vestir el santo bajo la apariencia, el paraguas, de la bondad y la ayuda al prójimo”.
Aunque el caso se sigue investigando porque el fondo documental del despechado Torres es más largo y con más personajes que los Episodios Nacionales, lo grueso del proceso queda ya reflejado en los quinientos folios que hoy difundió el magistrado instructor. Los mails que aún conserve el ex socio pueden, en todo caso, aumentar
la lista de imputados y hacer menguar la plantilla en activo de la Casa del Rey, donde peligra el puesto de Carlos García Revenga como secretario de las hijas del monarca. Aunque la Casa del Rey ha informado esta tarde de que no tomará medida alguna mientras no exista acusación concreta contra Revenga (es decir, mientras no sea interrogado y el juez vea lo que hace), se ha valorado ya la posibilidad, por ahora aplazada, de que sea apartado, repudiado y borrado, si es que aún sale, de la página web. Pareciera que esto también ya lo hemos vivido.
Otro título de hoy decía: “El Príncipe de Asturias, preocupado por el futuro”. Éste no sólo provocaba dèjá-vu, obligaba a preguntarse “¿y quién no?”, cómo no estar preocupados por el futuro si hoy dijo el ministerio de Hacienda que no entra en sus planes subir el IVA. Ahí tenemos otro título que es de hoy pero, a la vez, es de siempre. Cuántas veces antes de hoy leyó usted algo parecido a esto: “El gobierno garantiza que no subirá el IVA ni el IRPF”. Y luego fue y lo subió. Pero es que también se publicó hoy como noticia ésta otra: “Montoro anuncia que modificará la ley para publicar los nombres de los grandes defraudadores”.
Lo correcto habría sido decir “Montoro reanuncia”, porque el “que viene, que viene” de la famosa lista de malos lo soltó por primera vez en el Congreso hace un mes y medio. Desde entonces el gobierno estudia la modificación legal que haga posible hacer lo que ya ha dicho que va a hacer pero que no hace porque está prohibido hacerlo. Estamos, ¿no? Ahí siguen, estudiando los cambios legales -estudiando, sí, estudiando duramente- y, entre estudio y estudio, refrescando el anuncio para que los defraudadores sigan temblando.
El dèjá-vu de “deja-vues” fue, en todo caso, hoy esta noticia que les traslado por su indudable relevancia. Sucedió esta mañana en el Parlamento. “Rajoy y Rubalcaba”, dicen las crónicas, “se reclaman contundencia contra la corrupción”. Esto sí que nunca antes había pasado, eh. El uno le dice al otro que tiene basura en casa y el otro le recuerda al uno que en la suya tampoco han sacudido las alfombras. El uno le exige al otro celeridad y contundencia, y el otro le exige al uno que se aplique el cuento. Y lo mejor: de remate a tan novedoso debate, Rajoy subraya que ha encargado un estudio sobre posibles medidas para combatir la corrupción. ¡Un estudio! Eh, y no sólo eso: se declara abierto a un pacto contra la corrupción, un punto final que diría Valenciano. Un pacto.
Pero, ¿qué hay que pactar contra la corrupción? Esto no se pacta, se destapa, se corta y se castiga. Punto. No “final”, que eso suena a impunidad, amnistías e indultos. Debe de ser una tarea hercúlea proponer medidas nuevas contra la corrupción en la administración del dinero público, ¿verdad? ¿Qué tal denunciar a quien se corrompe aunque sea un compañero de partido y antes de que vengan de fuera a investigarle? ¿Qué tal empezar por admitir que la financiación irregular ha estado a la orden del día porque los gastos de los partidos han sido muy superiores -sobre todo en campaña- a
los ingresos que obtienen por las vías legales? ¿Qué tal elevar el listón interno de las exigencias éticas? Seguro que al grupo-de-trabajo-de-la-subcomisión-de-expertos-de-la-comisión-de - seguimiento-encargada-de-elaborar-un-libro-blanco se le ocurrirán reformas legales novedosas que permitan al gobierno en breve la regeneración democrática, la transparencia y la tolerancia cero. Es decir, la madre de todos los “deja-vus”.