OPINION

Monólogo de Alsina: "Autoelogio sin fronteras"

Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre el constante autoelogio que los distintos miembros del Gobierno hacen de su gestión económica, la reforma de las pensiones, la inflación y otros asuntos de la actualidad política.

Carlos Alsina

Madrid | 31.03.2023 08:46

Para estar nada menos que en China, invitado por el presidente Xi como próximo presidente de turno de la Unión Europea y habiendo organizado la última cumbre de la OTAN, ha estado hasta humilde el presidente Sánchez en su visita a Pekín. A la espera de verse con el presidente Xi se ha reunido y almorzado ya con el primer ministro, el señor Chán.

Es epidemia el onanismo gubernativo

Ha estado modesto el presidente para los usos y costumbres de él mismo y, sobre todo, en comparación con sus ministros y ministras. Ya es epidemia el onanismo gubernativo. Autoelogio sin fronteras.

Uno entiende que viniendo de inflaciones del seis o el siete por ciento, sienta el Gobierno el alivio, incluso la alegría, de contemplar cómo sólo han subido otro 3,3% los precios en marzo. Pero esto de que cuando suben una barbaridad es por la inestabilidad que afecta a toda Europa y la metorología que afecta a las cosechas y cuando suben menos es por lo bien que lo está haciendo el Gobierno, ministra Montero…canta un poco. Aunque hace bien en hablar de contención en la subida, que no de bajada. Suben menos, pero aún suben.

Esto de que cuando suben menos los precios es por lo bien que lo está haciendo el Gobierno… canta un poco

Lo de María Jesús Montero también resultó discreto comparado con estos dos casos. Uno lo vivimos aquí. El ministro Escrivá, lógicamente encantado ayer de ver aprobada, al fin, su reforma de las pensiones en el Congreso, pasó por este programa medio afónico y medio levitando. Cuanto más explica su reforma más le gusta, o se gusta.

Y tan a gusto. Luego ya, si dentro de tres años hay que rehacer las cuentas, pues se rehacen. No hay muchas probabilidades de que el ministro lo siga siendo dentro de tres años, incluso si Sánchez se perpetuara.

Yolanda Díaz y el momento que cambiará la historia de España

Y luego está lo de Yolanda Díaz, que es de otra liga. La autoreferencia como herramienta política. La predisposición a hablar de sí misma. Ayer hizo un llamamiento -sincerísimo- a Ione Belarra para que acuda a su acto de coronación del Domingo de Ramos. Con este argumento: cómo se va a perder el momento que cambiará la historia de este país.

Puede sonar hiperbólico -o auto hiperbólico- pero vete tú a saber si no acabará la vicepresidenta segunda marca ganándole la partida primero a Iglesias y luego a Sánchez y convirtiéndose, para orgullo de Iván Redondo, en la primera presidenta del gobierno de España. Y entonces lamentará medio país no haber estado este domingo, participando de la Historia, en Magariños.

En Cataluña todo es posible

En el oasis catalán todo es posible. Todo lo que no cabría en la cabeza de nadie en cualquier otro lugar, es asumido con naturalidad en Cataluña. Por ejemplo, que el líder del partido que está en el gobierno esté inhabilitado para cargo público por haber liderado una sedición. O por ejemplo, que la líder del otro partido principal del independentismo, Junts per Cataluña, esté desde ayer inhabilitada y condenada por corrupción. Y que aún pretendiera seguir como presidenta del Parlamento.

Se da la circunstancia, no muy frecuente, de que el propio Tribunal que condena solicita al gobierno que la indulte parcialmente para evitar su ingreso en prisión. Entiéndame, sabiendo de la predisposición de Sánchez para indultar independentistas, qué menos que intentarlo.

¿Se animará Sánchez a otro indulto? ¿A una indepe del sector que no compadrea con él y que no ha delinquido por la República Catalana, sino por un amigo? Tic tac, tic tac

Has indultado a un Junqueras condenado a trece años; a Borrás sólo le han caído cuatro y por esta menudencia, ¿verdad?, de aprovecharse de un cargo con presupuesto público para hacer ganar dinero a un colega. ¿Se animará Sánchez a otro indulto? ¿A una indepe del sector que no compadrea con él y que no ha delinquido por la República Catalana, sino por un amigo? Tic tac, tic tac.

Entretanto, la señora Borrás ha hecho dos cosas. Una, repetir la matraca de que ella es mártir, a lo Ponsatí.

Y dos, enviarle este recado a Esquerra Republicana, que ve cómo su principal competidor por el voto indepe llega a las elecciones de mayo con la líder condenada.

Evacúe la presidencia del Parlamento catalán. Este es el mensaje

En julio estuvimos en el Palau de la Generalitat de Cataluña y fue aquí donde primero dijo Pere Aragonès que el juicio a Laura Borrás nada tenía que ver con eso que él llama la represión del Estado. Y que la presidencia del Parlamento merece una pesona limpia de causas judiciales. De haber militado en Esquerra, dijo Aragonés, ya no sería presidenta del Parlamento catalán. Ayer reiteró ambos mensajes: que esto es corrupción y que ya está tardando en irse a su casa.

Es la política catalana, Pere, hay tanto condenado ejerciendo que qué quieres que te diga. Donde las dan, las toman

Evacúe ya la presidencia del Parlamento, señora. Éste es el mensaje. Pero es la política catalana, Pere, hay tanto condenado ejerciendo que qué quieres que te diga. Donde las dan, las toman.

La inadmisible interferencia del Gobierno en una investigación judicial

Otro mal día para el ministro Grande Marlaska. Los argumentos del Supremo para anular la destitución del coronel Pérez de los Cobos son más duros que los del primer juez que se ocupó del caso. No sólo refuta la causa que invocó el ministerio para el relevo, por ser ajena a la idoneidad del coronel para el cargo que ocupaba, sino que reprocha la inadmisible interferencia gubernativa en una investigación judicial.

Es decir, que el coronel sólo debía informar de la marcha de esa investigación a la juez que la había encargado, más aún cuando ella misma lo ordenó así expresamente: que sólo se le informara a ella. Que el tribunal crea oportuno recordar cuáles son las obligaciones de la policía judicial, y cuáles no, al ministerio que dirige un juez procedente de la Audiencia Nacional debe de resultar incómodo para éste.

Ya contamos ayer que, antes incluso de conocer los fundamentos de la sentencia, el juez-ministro había dicho que ni tiene ni tendrá confianza en el coronel defenestrado, lo que casi todo el mundo ha interpretado como que cumplirá con la restitución y encontrará la forma de volver a apartarle.

Cuando el PSOE estaba en la oposición, que el Parlamento reprobara a un ministro le parecía de máxima relevancia

La alusión del ministro esta semana, en el Congreso, a los fondos reservados de Interior usados para la operación Kitchen no parece que fuera casual. Y dimitir, ya ha dicho tropecientas veces en esta legislatura y ante casos diversos que no se le pasa por la cabeza. Mucho menos por la reprobación del Parlamento que encajó el mes pasado por los sucesos de Melilla.

Cuando el PSOE estaba en la oposición, que el Parlamento reprobara a un ministro le parecía de máxima relevancia, causa suficiente para que éste se fuera a su casa. Cuando está en el Gobierno, a la reprobación no le hace el menor caso. En esto se diferencia poco Sánchez de Rajoy y Marlaska de Montoro.