Enhorabuena si es usted clase media porque ha amanecido hoy empoderado. Lo habrá sentido, ¿no?, al poner el pie fuera de la cama. Una sensación nueva, reconfortante, de ser dueño de su destino. Empoderado de repente. Usted no sabe a qué atribuir esa sensación tan poderosa que ahora mismo siente, pero yo sí. Porque lo dijo ayer la ministra de Hacienda.
Son una bendición estos Presupuestos, ya lo sabe, para los mayores, los jóvenes, los de edades intermedias; los hombres, las mujeres, los contribuyentes de género fluido; los asalariados, los autónomos, los pequeños empresarios, los empleados públicos, los pensionistas. No se ha dejado a nadie fuera la ministra Montero. Satisfecha, cómo es natural, porque 188 diputados le han dicho sí a sus cuentas.188. Le han sobrado doce al gobierno.
La culpa de todo es del PP
Por la noche estuvo la ministra en 'La Brújula' y dijo cosas aún más interesantes. Por ejemplo, que la culpa de todo es del PP. Sí. La culpa de que haya hecho falta negociar con nueve partidos distintos (que si Esquerra, que si Bildu, que si el PNV, que si Errejón, que si Compromís, en fin, no sigo) es del PP. Ya habría querido ella poder ahorrarse el engorro de andar pujando con todos estos pezqueñines pactando sólo una vez con el otro grande.
María Jesús Montero es ministra de Hacienda y ministra de hacer oposición al PP. Si en las Cortes ha habido que recurrir a tantos grupos es por culpa del PP, que no quiere negociar. Si en Andalucía han naufragado los Presupuestos del PP es por culpa del PP, que no ha querido negociar. Si es que el PP se ha dado de baja en esta legislatura, dijo anoche la ministra a Juan Ramón Lucas.
Lejos de reconocérselo, Juanra le tuvo que recordar que su gobierno acaba de pactar con el PP nada menos que los magistrados del Tribunal Constitucional y lo consejeros del Tribunal de Cuentas.
Rápido se le habían olvidado a la ministra los cantos al entendimiento y la buena disposición de los populares
Si pactan, porque pactan. Si no pactan, porque no pactan. Rápido se le habían olvidado a la ministra los cantos al entendimiento y la buena disposición de los populares que hace sólo un mes estaban haciendo su colega Bolaños y su jefe el presidente Sánchez. Naturalmente que el PP pacta cuando le interesa. Y el Gobierno con el PP: el Constitucional, el Tribunal de Cuentas, el Defensor del Pueblo, los sillones de Radio Televisión Española. Como pactaron la ley de Protección de la Infancia. Como se pactó el ingreso mínimo vital.
Pero en su afán de culpar de todo al PP llegó la ministra al extremo de darle a Juanra la siguiente respuesta cuando él le planteó las sospechas que generan los acuerdos alcanzados con partidos independentistas, como Esquerra o como Bildu.
De las sospechas sobre pactos ocultos también tiene la culpa el PP por las cesiones ocultas que hacía cuando tenía mayoría absoluta. A ver, ministra, cuando Rajoy tenía mayoría absoluta no necesitaba ni pactar ni ceder nada a nadie. Porque... tenía mayoría absoluta. Fruto de la pésima opinión que la mayoría de los votantes tenía en 2011 de la gestión económica del presidente Zapatero. Tuvo que empezar a negociar Rajoy cuando la perdió. Negoció con Ciudadanos y negoció con el de siempre, que es el PNV. Y así pudo aprobar sus cuentas en 2018: era la versión de entonces de la geometría variable.
El Gobierno puede sacar pecho
El Gobierno de ahora puede sacar pecho ---y lo saca--- porque ha recabado el respaldo de 188 diputados de 350, mayoría absolutísima. Para unas cuentas que recogen más gasto e inversión pública que nunca gracias al dineral que nos va a inyectar la Unión Europea y cuyo punto más endeble son las previsiones de crecimiento y de ingresos para el próximo año. Cuestionadas ambas por la pérdida de fuelle que refleja la Contabilidad Nacional y por el subidón de la inflación que el gobierno quiere creer que va a ser sólo un fenómeno pasajero. Hoy el megavatio hora está en los 227 euros de media. A un mes de que termine el año y con el compromiso del presidente Sánchez de que llegaremos a la Nochevieja con el coste de la electricidad igual que lo teníamos en 2018.
"Año y medio después, el coronavirus sigue ahí"
Año y medio después, el coronavirus sigue ahí. Y el riesgo de que se complique la situación hospitalaria de aquí a Reyes también existe. Por más que, a día de hoy, la tasa de hospitalización en España esté en niveles muy bajos.
Hay cambios a la vista en la vacunación y las restricciones.
La Agencia Europea del Medicamento da el visto bueno a la vacuna de la Pfizer para niños a partir de cinco años. Lo siguiente es que cada gobierno europeo decida si la pone o no la pone. El de España ya tiene dicho que sí, que antes de que termine el año debería estar empezando la vacunación ---por primera vez--- de los menores.
Restricciones de horarios y de aforos aún no están planteados. Pero sí se va ampliando la exigencia de presentar el certificado covid para acceder a locales de ocio y hostelería. Un paso más allá va Cataluña, donde desde hoy es obligatorio mostrar el certificado covid para acceder a restaurantes, gimnasios y residencias de mayores.
No es lo del año pasado, pero tampoco lo de antes de que todo esto empezara
El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña ha dado el visto bueno a la iniciativa del gobierno autonómico. En Navarra, también, pero no entra en vigor la exigencia hasta mañana sábado. Para todos los locales de hostelería y hasta después de las fiestas navideñas (siete de enero, en principio). Se venía pidiendo ya el certificado en Galicia, en Baleares se concretarán el lunes las nuevas limitaciones y en la Comunidad Valenciana está previsto que empiecen para el mega puente de diciembre. Si las medidas que se van aplicando no revierten la tendencia creciente de los contagios, y a medida que se acerquen los días gordos de las fiestas familiares, lo probable es que vayan incrementándose las exigencias y las limitaciones. No es lo del año pasado, pero tampoco lo de antes de que todo esto empezara.