LA PRIMERA DE LA MAÑANA

Marta García Aller: "Trump sigue convencido de que la Unión Europea se creó para joderles"

Marta García Aller reflexiona sobre la guerra arancelaria.

ondacero.es

Madrid |

Su bourbon y su soja contra nuestro acero. Su Harley y sus vaqueros contra nuestro aluminio. La guerra arancelaria ya está en marcha. La Unión Europea ha respondido con aranceles a productos estadounidenses estratégicamente pensados para afectar allá donde hay más votantes de Trump. Dada la incomparecencia de la oposición demócrata, los únicos que pueden presionar a Trump para cambiar de idea con los aranceles son los suyos. Sus empresas y sus votantes.

No parece que tenga cerca a nadie que se atreva a decirle que su plan económico tiene consecuencias muy dañinas para la economía global. Y para la estadounidense. Las está teniendo ya.

La soja que llega a Europa de Louisiana, Europa puede comprarla ahora a Brasil y Argentina. La Harley que se hace en Pensilvania y Milwaukee tienen más difícil sustitución. Pero menos urgencia.

El presidente americano sigue convencido de que la Unión Europea se creó para joderles. Eso dijo. Obviando que el país que más rentabilidad ha sacado a tener un mercado de 450 millones de europeos ha sido precisamente Estados Unidos y sus empresas.

El experimento arancelario de Trump no funcionó en su primer mandato. En 2018, cuando subió aranceles al acero y al aluminio se crearon unos 5.000 empleos en Estados Unidos y se destruyeron 75.000 en las industrias que dependían de las importaciones precisamente de acero y aluminio.

Pero Trump está empeñado en volver a los años 50. Es su ideal. Está obsesionado con devolver los empleos de todas aquellas fábricas que fueron cerrando con la globalización vuelvan a Michigan y Kentucky. Que vuelvan esos empleos para los tipos duros que iban a la fábrica con camiseta en tiempos de James Dean.

El problema, una vez más, es la tozuda realidad. Aunque la economía estadounidense resistiera al shock de cortar con sus socios comerciales más cercanos, aunque diera tiempo a abrir todas esas fábricas, cosa dudosa también, esas fábricas en el siglo XXI esas fábricas están robotizadas. Trump se está imaginando a James Dean, pero el que encontraría empleo es R2-D2.

¿Moraleja?

De momento la soja, la Harley y los vaqueros, pero los aranceles costarán mucho dinero.