LA PRIMERA DE LA MAÑANA

Marta García Aller: "Para proteger a los menores, hay que entender mejor cómo son los agresores"

Marta García Aller reflexiona sobre el aumento del 55% de las denuncias de agresiones sexuales a menores durante los últimos 5 años.

Marta García Aller

Madrid |

De todos los datos, de todas las noticias, de todas las estadísticas que oímos al día, a veces llega una que se clava en la conciencia. Esta vez ha sido un 55%. Parece un número, pero es un espanto. Tan espantoso, que cuesta hablar de ello. Y, sin embargo, hablar de ello es fundamental para combatirlo. Han aumentado un 55% las denuncias de agresiones sexuales a menores en los últimos 5 años, según la Fundación ANAR.

No es posible saber con certeza si las agresiones crecen o si lo que crecen son las denuncias, porque cada vez más víctimas y más familias se atreven a denunciar esas agresiones. Puede que sean ambas cosas las que están aumentando a la vez, que estén aumentando agresiones y también aumente la cantidad de denuncias porque estas agresiones antes se vivían más en silencio todavía, enterradas entre la culpa y la vergüenza. Pero sea como sea ese aumento del 55% refleja un horror. Porque esa culpa y esa vergüenza siguen siendo tristemente frecuentes. Tres de cada diez víctimas no denuncian nunca y de las que denuncian muchas llevan años viviendo agresiones en secreto sin atreverse a decir nada.

A menudo los menores no avisan en su entorno cuando sufren una agresión sexual porque a menudo es precisamente en su entorno donde está ese agresor. Es de hecho el perfil del agresor más común. Esto influye en que a muchos menores, muchas niñas, porque suelen ser niñas, no denuncien porque sientan ansiedad, vergüenza, miedo y culpa son sentimientos frecuentes entre los niños que sufren agresiones. Hablamos de víctimas, de niñas, que tienen de media 12 años. También hay niños, una de cada cuatro víctimas lo es. En el caso de los niños la mayoría de víctimas es menor de 9 años.

Las agresiones sexuales a menores son un fenómeno escondido. Hablamos poco de ellas en los medios y cuando lo hacemos lo hacemos mal. Por eso conviene recordar que el violador no es como nos lo solemos imaginar. Casi ocho de cada diez agresores son personas conocidas por la víctima (79,5%). No es una estadística, es una historia de terror.

¿Moraleja?

Para proteger a los menores, hay que entender mejor cómo son los agresores.